El periodismo es más que una profesión, es el arte de sentir por otros, de hablar por otros y actuar en consecuencia. Yaidel Miguel Rodríguez Castro es un periodista que ha hecho de Radio Cabaniguán su casa, y más que eso, un lugar de constante lucha en favor de su pueblo jobabense.
El 14 de marzo es fecha precisa para reconocer a quienes así lo merecen, a quienes han sorteado tormentas y montañas y han puesto en su carrera más que empeño y dedicación, sino toda su alma.
Joven, inteligente y resolutivo, sin miedo a los cambios ni a enfrentar el más grande problema, Yaidel ha ido sembrando empatía y respeto, y bien ha merecido premios que demuestran su valía periodística.
El Premio Provincial de Periodismo Ubiquel Arévalo de 2018, 2019 y 2021 y formar parte del jurado en 2022, Premio en el Concurso Provincial de Periodismo Científico Maximiliano Curbelo en 2020 y 2022, Premio Provincial por la obra del año Ricardo Varela Roja en Radio en 2018 y en hipermedia en 2022, así como menciones en 2017, 2020 y 2021, Premio Provincial de Periodismo Económico en 2018 y 2023 y Premio en el Festival Provincial de la radio en las Tunas en 2019, son algunos de los que adornan su medallero.
Así mismo cuenta con Menciones en 2020 y 2021 en el Concurso Nacional de Periodismo 26 de Julio, en el Premio Nacional de Periodismo por la Obra del Año Juan Gualberto Gómez en 2022 y un Reconocimiento de Nueva Generación otorgado por el ICRT en 2021.
Honor a quien honor merece, y eso ha demostrado Yaidel Rodríguez con una trayectoria tan amplia y honorable, desde su aptitud por aprender como la humildad que innegablemente le representa. Como bien dijo Gabriel García Márquez, el periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que lo haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso.