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Jobabo y su historia

La historia de Jobabo es rica en hechos y acontecimientos. Sucesos que devienen en el decursar de los años desde la propia llegada de los españoles a estos parajes prácticamente inhóspitos a principios del siglo XVI.

Diversos referentes testifican que la zona que hoy comprende el municipio estaba poblada de extensos bosques de maderas preciosas, y en é habitaba pequeños grupos de aborígenes de recolectores-cazadores-pescadores, menos desarrollados que en otras áreas del país.

Existen evidencias que sitúan a estos grupos en las zonas del Monte Cabaniguán, en un área de La Caobilla en los alrededores del Río Jobabo, y en Cayojo, al norte del municipio.

La llegada de los españoles a esta zona, que estuvo motivada en tan temprano periodo de la colonización por la búsqueda de oro en las márgenes del río, no significó el establecimiento definitivo de poblaciones específicas, sino sitio de tránsito, aunque uno de los hechos más significativos de la Historia de Cuba en la etapa colonial tiene lugar precisamente aquí, en las Minas de Oro de Caobilla, donde varios esclavos se negaron a trabajar al ritmo cotidiano y la historiografía lo recoge como la primera sublevación de esclavos negros de Cuba.

En los períodos desde 1510 hasta 1607, Jobabo perteneció a la Villa de Bayamo. Luego, desde 1607 a 1868 pasa a formar parte de la Gobernación de Santiago de Cuba. Entre 1868 y 1902, el territorio perteneció al Departamento Provincial Oriental y desde 1902 a 1974, con la división de la República en seis provincias, formó parte de la antigua provincia Oriente.

A partir del siglo XVII la zona evolucionó hacia la construcción de haciendas ganaderas, Cabaniguán y Birama; a mediados del siglo XIX el embarcadero de la Zanja toma importancia como punto de comunicación y de trasiego y embarque de mercancías caracterizándose la zona por la baja densidad poblacional, aunque en estas haciendas durante el siglo XIX existen esclavos, destacándose ya e n la década del sesenta las propiedades del bayamés Francisco Vicente Aguilera.

En las cercanías de la zona hoy conocida por el Corojo estaba situado un trapiche propiedad de Aguilera, no esclareciéndose en los estudios historiográficos regionales la historia azucarera de esta zona geográfica, a la vez que se tienen referencias no confirmadas de un pequeño trapiche en Ojo de Agua de los Melones: lo que sí está demostrado es que al terminar el siglo XIX en el territorio actual de Jobabo era la actividad ganadera su base económica fundamental.

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Por su geografía limítrofe con el Camagüey fue paso obligado de los mambises y escenario de importantes combates en las luchas por la independencia en ambas guerras: el 17 de octubre de 1868 Francisco Vicente Aguilera se alza en armas, desde Cabaniguán, donde hizo historia el Regimiento de mismo nombre, constituyendo el hecho de armas más notable el Combate de Palo Seco dirigido por Máximo Gómez el 2 de diciembre de 1873. Fue punto de reuniones entre importantes figuras de la dirección de la lucha en las zonas de El Lavado, Bracito y Ojo de Agua de los Melones, siendo este último sitio donde estuvo enclavada la Casa de Gobierno desde donde Carlos M. de Céspedes tomó importantes decisiones para el curso de la guerra.

La propiedad de Cabaniguán según una escritura fechada el 11 de noviembre de 1883 contaba con 2243 caballerías, 293 cordeles y trece varas cubanas.Se sitúan sus límites en 1883 al norte con la finca de San José de la Plata propiedad de los hermanos Machado y Bracito propiedad de Vicente Machado y la comunidad de Guaramanao, también perteneciente al citado propietario, al este con los terrenos de la comunidad de Birama, propiedad de Leocadio Ramírez Vila y herederos de Rafael Oro Ramírez.

Al sur colindaba con la comunidad de Birama y una ancha franja de manglares propiedad del estado que la separa del mar del sur, al oeste limitaba con el río Jobabo, que la separa de otra parte de la finca que radica en la jurisdicción de Camaguey, con un valor de cincuenta y cuatro mil pesos en oro americano

En 1883 estos señores adquieren título de compraventa de la finca La Candelaria propiedad que logran en este acto de Altagracia Estrada Estrada viuda de Don Juan García esta propiedad comprendía los sitios siguientes: Candelaria, La Mina, San Francisco, Piedra de Imán, El Corojo, La Llave, Jaquey, El Lavado; Camalote Santa Clara el Potosí y la Canoa con una extensión de cincuenta y seis caballerías acotadas.

Esta finca es adquirida por la Sociedad Mercantil de Manzanillo por sucesión de Francisco Vicente Aguilera en pago de deudas en la cual existían haciendas y potreros destruidos por la guerra, la finca mayor de Cabaniguan medía en 1887 2906 caballerías o sea su extensión se incrementa en cuatro años, la finca llamada La Mina incluida medía trescientas caballerías situada en la zona de Caobilla en el fondo de Cabaniguan, estando incluidos además varios sitios. La propiedad es adjudicada en la escritura 204 por pago de deudas y otorgada oficialmente el 16 de diciembre de 1887 separan La Mina de Cabaniguan y Birama de mitad entre si. Debido al fallecimiento de Rafael Oro Ramírez y a la división de la propiedad entre sus principales herederos Don José Leocadio Ramírez Oro y Acacia Florinda y Doña Consuelo Oro Figueredo.

Estas tierras pasan a manos de la Cuban Company en 1902, que tenía su casa matriz en New Yersey, Estados unidos de América, reduciéndose la compra a mil doscientas treinta y cinco caballerías, ciento ochenta y tres cordeles y 9 décimas. La compra es refrendada por H. Wohi Gham natural de Escocia en Islas británicas apoderado especial de Arthur Coppell, vicepresidente de la compañía.

Los escasos asentamientos poblacionales existentes eran rurales y con baja densidad, el incremento demográfico se produce a partir de la primera década del siglo XX con la construcción del ferrocarril y posteriormente el ingenio azucarero.

Entre 1900 y 1905 se construyó el ramal ferroviario Martí-Bayamo que abrió el acceso a la zona y atrajo los primeros trabajadores emigrantes que trabajaron en su construcción, esta vía constituyó un paso definitivo en la decisión de construir el central debido a que facilitaba a la compañía constructora el traslado de materiales y posteriormente la maquinaria.

En 1907 la Cuban Company obtiene el permiso para realizar el desmonte de los bosques para emprender en 1908 las obras constructoras, en la marcha realizaron sus ingenieros un cambio en el terreno que inicialmente estaba previsto colindante al río Jobabo, por considerarlos muy bajos y deciden construirlo en el sitio actual: el Sao del Savial. Las faenas constructivas atraen en 1908 la primera oleada migratoria de españoles integrada en mayor por ciento por gallegos, que se incorporan como peones y jefes de cuadrillas.

Al mismo tiempo que se construye el central se continua la tala de bosques para la construcción de la infraestructura ferroviaria del azúcar y el fomento de las áreas cañeras, con la siembra de cañaverales a la vez que aparecen los colonos que trabajan y fomentan las colonias y se construyen los bateyes surgiendo nuevos núcleos poblacionales rurales y los conocidos barracones para los emigrantes antillanos, fundamentalmente haitianos.

La primera zafra comienza oficialmente el 12 de febrero de 1912, con una duración de 65 días, se produjeron 73 202 sacos de azúcar, procesandose 5 917 760 @ de caña y un rendimiento de 12,37.La fuerza de trabajo tenia una composición heterogénea, pues la formaban africanos, jamaicanos, chinos y cubanos, (fundamentalmente), se desconoce la plantilla exacta con que inició, se calcula que haya sido con 260-320 trabajadores, otras fuentes señalan 500, más adelante y en 1926, 822 obreros.

central Jobabo

El 15 de febrero de 1913 se adoptan acuerdos importantes para el proceso de urbanización de Jobabo: se propone la creación del juzgado municipal, una estación telegráfica y un presupuesto para el cementerio, el día 21 de abril de 1915 se concedió el permiso a Francisco Arredondo para la instalación de la red de alumbrado público en Jobabo.

En 1917 es nombrado alcalde del barrio de Jobabo Antonio Carreras All, por poco tiempo es sustituido por Mariano Mayo y luego por Antonio Sainz.

Entre 1919 y 1925 se construyen nuevos establecimientos algunos de ellos de mampostería como: Asociación de Colonos, Sociedad Cultural Liceum, Farmacia, manteniéndose los límites del poblado dentro del perímetro inicial, el cual formaba un triángulo cuya base era paralela a la línea férrea.

La modernidad llega a Jobabo a través de proyectos urbanísticos ambiciosos calles bien delimitadas, la construcción de hoteles, cine teatro, que llevan a la ampliación de espacios urbanos, y una década de prosperidad económica que conduce a la creación de patrimonios sólidos en la naciente burguesía local, las construcciones constituyen un testimonio de lo anterior, parte de los emigrados españoles logran consolidar sus posiciones como propietarios de comercios, colonos y dueños de establecimientos de servicios cómo los hoteles Plaza y Paris.

En el aspecto sociocultural en estos años se producen cambios en la estructura social imperante, parte de la urbanización se lleva a vías de hecho a través de los bateyes azucareros, y en las zonas rurales surgen nuevos núcleos humanos en las colonias, mientras tanto en las cabeceras urbanas se expanden los perímetros urbanos, y se mejora el trazado y mantenimiento de calles.

Como consecuencia directa de la expansión económica y las inversiones se produce un incremento demográfico. Los españoles emigración favorecida constituyen una masa numerosa de emigrantes cuyos años cumbres son: 1908, 1912, 1918: comienzan su trabajo la construcción y quedan como trabajadores, primero llegan hombre solos y luego se establecen con sus familias en un espacio generalmente urbano y suburbano.

En estas primeras décadas junto con el desarrollo urbanístico se consolidan elementos claves de la identidad local: en 1928 surge la tradición cultural de las Verbenas de Jobabo San José que llenan un vacío en la espiritualidad y constituyen un espacio de participación social, y con el tiempo se convierten en la tradición cultural más importante, mientras que en espacios rurales, se desarrollan tradiciones culturales provenientes de la cultura haitiana como: la danza de la guinea.

La clase trabajadora se fortalece en la medida que las contradicciones clasistas crecen preparando el escenario para luchas sociales venideras e irrumpe en la escena a partir del movimiento huelguístico antimachadista en los años 30 y épicas batallas sindicales, cuyos nombres más conocidos son: Genaro Macías, Elizardo Feijoo, Enrique Casal y otros dirigentes sindicales y por supuesto la fuerza de los trabajadores del campo dirigidos por Juan Delgado alias Sandino.

Con la década del 50 llega a Jobabo un amplio movimiento martiano, ortodoxo y posteriormente el movimiento clandestino antibatistiano, que incorpora a la lucha a muchos combatientes de las clases explotadas y de la burguesía media: en este amplio movimiento la presencia de la mujer combatiente tuvo como ejemplos más significados a Concepción Regueiro y Flora Caraballo.

En la lucha armada contra Batista combatientes Jobabenses, se incorporan a la Sierra y al 4to Frente Simón Bolívar destacándose la Guerrilla de Marcos Carménate y en la Sierra Maestra. El combatiente Jesús Bermúdez Cutiño, hoy general de las FAR, y cronista de la lucha armada, se destacó por cumplir importantes misiones antes y después del triunfo. La acción militar más importante del siglo XX fue la toma de Jobabo el 30 de diciembre de 1958, que condujo a la liberación.

Con el triunfo revolucionario del 1º de Enero de 1959, llegan importantes transformaciones que conducen a la nacionalización del central, y la expropiación de los latifundios, surgen toda una red de escuelas e instituciones sociales de la educación y la salud.

En el campo económico se desarrollan ambiciosos planes de construcción de criaderos de aves, cerdos, una planta procesadora de kenaf, Makenaf II y se crearon importantes planes vianderos y de cultivos varios, que se convirtieron en verdaderos polos de producción de alimentos.

Con el periodo especial y el desmantelamiento del central azucarero, el municipio perdió su principal fuente de producción y de empleos, luego diversos programas han impulsado la recuperación del municipio enfocándose en la agricultura y los servicios como principales impulsores de la economía.

* Texto adaptado de investigaciones de los historiadores Belkis López Ramos y Esteban Felipe Yero Rosales.

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