No solo recuperar, sino sostener la productividad del Polo Melanio Ortiz, ese es el reto fundamental de quienes dirigen (a todas las instancias) un enclave que desde que se comenzó a estructurar en 2017 ha tenido demasiados altibajos, incluyendo constantes cambios de administraciones y formas de gestión empresarial hasta prácticamente un abandono parcial de sus infraestructuras y áreas de cultivos al punto que más de las tres cuartas partes de los terrenos ganados al marabú inicialmente comenzaron a infestarse paulatinamente de la complicada planta invasora, hasta ahora, hace unos meses, que se ha intensificado su recuperación.
«Si queremos que haya comida, que el pueblo tenga comida, tenemos que hacer un polo así en cada municipio, y aquí se ve que hay suficiente potencial, lo que tenemos es que trabajar duro para recuperar y poner a la empresa a producir» expuso hace unos dos meses Walter Simón Noris, primer secretario del Partido Comunista de Cuba en Las Tunas, durante una de sus primeras visitas al conocido enclave agrícola jobabense.
Así, con ese enfoque de prioridades puestas en que el protagonismo fundamental sea la empresa estatal socialista es que se ha puesto el grueso de los recursos que entran al municipio para asegurar que el polo vuelva a ser lo que era a inicios de 2017.
«Tenemos una forma de gestión diferente, pero responde plenamente a la empresa, son usufructuarios que explotan nuestros terrenos bajo riego, y luego todas sus producciones las comercializamos por la vía empresarial» destaca Ángel Expósito Suárez, director de la Empresa Agroindustrial, quien reconoce que esta entidad no está en condiciones de explotar esas tierras en las condiciones económicas en que se encuentra y con la falta de mano de obra que hay en la zona.
Una respuesta viable a esta situación de la falta de obreros ha sido realizar movilizaciones periódicas desde Jobabo y Las Tunas, cambios de labores y trabajos voluntarios de personal de otros sectores, una ayuda que decide la recuperación y que es ampliamente reconocida por campesinos vinculados al Polo Melanio Ortiz como Iván Barbán y Maiber Fernández.
«Cuando vine para aquí esto estaba lleno de marabú, y con mucho esfuerzo ya usted ve, se ha transformado y tenemos más de una caballería en plena explotación» expresa Maiber.
Iván, un sagaz joven forjado en el surco, con amplia experiencia en la búsqueda de alternativas para expandirse en terrenos que ofrezcan ventajas a los cultivos vianderos y los granos, su especialidad, ha cambiado la maleza que reinaba en la máquina número seis por campos de maíz y platanales que dentro de unos meses rendirán fruto.
«El mayor avance ha estado en esta máquina de riego, los dos usufructuarios han transformado bastante el área y nosotros les brindamos todo el apoyo logístico que requieren, independientemente de las carencias de insumos» explica Yoenia Martínez Escobar, jefa del colectivo.
Durante estos últimos cinco meses se ha trabajado con mayor eficiencia y se aprecian mejores los cambios que cuando había recursos, destaca Expósito Suárez, siempre reconociendo que todavía la meta es llegar a unas 500 hectáreas, aunque en una primera etapa, este año, la meta es alcanzar las 200 en plena explotación.
El Polo Melanio Ortiz ha tenido no pocos impulsos momentáneos en su recuperación, ahora parece ir mucho más en serio que en los dos calendarios anteriores, lo que define la sostenibilidad de un enclave agrícola con excelente infraestructura y terrenos fértiles para el cultivo de las viandas, los granos y el desarrollo agrícola en general.
En ese polo han enterrado miles de litros de petróleo y dinero, ya veremos si avanza o si solo es para la visita de Díaz Canel
Lo que se necesita es que se sostenga el trabajo, que echen a producir las tierras que aún están sin explotar, que no lo dejen perder nuevamente, que la comida venga para Jobabo y no todo para Las Tunas como ocurrió la otra vez y por eso la gente se desmotivó tanto y no quiso ir más a los trabajos voluntarios. Hay que mantener la exigencia y preocuparse también por el resto de la producción de alimentos en Jobabo, tampoco todo puede ser polo.