Dicen, en buen cubano, que los planes dan planazos, y nada mejor dicho cuando las planificaciones llueven por doquier y las típicas y harto repetidas frases “hay que” y “tenemos que hacer”, abundan en reuniones y acuerdos.
Cerró un complejo año 2023 y los logros no se dejan ver tan fácilmente en retrospectiva. Hablemos de los importantes pero no concluidos proyectos abrazados por la Empresa de Comercio y Gastronomía en Jobabo. Sí, todos sabemos que las condiciones son extremadamente difíciles, que la economía es un vaivén y no todos los planes se concluyen a corto plazo, pero hacer más allá de nuestras posibilidades será siempre una decisión equívoca.
La Terraza Hotel París, contemplada desde hace varios años, intermitentemente es visitada por trabajadores, en dependencia de los recursos y las circunstancias. Este local figura entre un grupo de futuristas acciones que aún no se materializan, eligiendo fecha tras fecha para una posible inauguración o término. Según las ideas valoradas por sus responsables, las recaudaciones de la terraza serán el salvavidas de la parte delantera, una fachada en ruinas que no solo afecta estéticamente, sino que amenaza además la vida de los transeúntes. A este paso el decadente hotel podría naufragar entre sus propios escombros.
Como paciente en sala de espera, el Motel 30 de Diciembre ha sido víctima también de la morosidad, aunque, válido reconocer, ha tenido avances respecto a su compañero en ruinas. De lo contemplado hasta la fecha, solo dos suits presentan buen semblante, sin embargo, tampoco estas han sido concluidas. Inicialmente debía ser terminado para el ya lejano 26 de julio de 2023 y, al no cumplirse, se pospuso para el 30 de diciembre. Ese día solo estaban casi listas las dos habitaciones anteriormente mencionadas.
Estos son apenas ejemplos de ciertas obras y proyectos que han querido impulsarse y, por uno u otro motivo, han postergado sus acciones. Son lugares con años de esplendor que no han podido rescatarse, lugares que forman parte de la identidad de un pueblo testigo del abandono y la decadencia.
Si en lugar de abarcar más y prometer lo que claramente no es posible cumplir, y se trabajara en cambio según lo que tenemos, los resultados serían otros.
Hay mucho por hacer, es cierto, pero prometiendo no se cumplen objetivos, justificando tampoco y mucho menos siendo idealistas. Si bien estos proyectos continúan dando vueltas, los números de su empresa regente a lo largo del pasado año dejan mucho que desear. No se trata de hacer más con menos, sino de pisar fuerte la tierra y planificar según nuestras posibilidades, pues antes de iniciar una nueva tarea será siempre más racional haber concluido la anterior. Ya lo dicen por ahí, el que mucho abarca, poco aprieta.