Las Tunas.- El año 2024 comenzó con lloviznas y aguaceros en casi toda la provincia de Las Tunas. El hecho en sí no fue significativo por los niveles de lluvia. En cambio, para las personas de mayor edad o los residentes en las zonas rurales tiene una trascendencia especial.
Ya pocos hablan del tema y es una tradición que se va perdiendo con el paso de los años. Pero, según recogen las sentencias populares, si llueve el primer día del año, enero será húmedo. Si pasa en la segunda jornada, también ocurrirá en febrero. Y así sucesivamente.
Le llaman cabañuelas y los primeros 12 días corresponden a los 12 meses del año. Luego, del 13 al 24, se cuenta a la inversa, de diciembre a enero. Hasta el momento, los científicos, sobre todo los meteorólogos, no encuentran fundamento a ese fenómeno.
Pero hay dos cosas ciertas. Una es que, por lo general, llueve en estas fechas, por la ocurrencia de los frente-fríos procedentes del norte. La otra es que en el territorio tunero siempre son bienvenidas las precipitaciones, aunque sean poco intensas, como las de estos días.
Si bien los embalses de la provincia registraban a mediados de diciembre el 84 por ciento de su capacidad total de llenado, para los agricultores son muy importantes hasta las más sencillas lloviznas. Gracias a ellas se humedecen los suelos, nacen las semillas o crecen las plantas que ya están.
Inmersos en la campaña de siembra de frío, los campesinos aprovechan la humedad del terreno para plantar granos, viandas, hortalizas y frutas pues en la provincia de Las Tunas la mayoría de los cultivos son en secano. De hecho, solo se dispone de poco más de siete mil 330 hectáreas bajo riego, con valor de uso.
¿Enero traerá más lluvias? ¿Y febrero? El paso de los días dirá cuán ciertas son las cabañuelas. Mientras, los productores de alimentos aprovechan esta bendición natural y dan rienda suelta a su instinto para que, entre tantas dificultades, llegue su esfuerzo convertido en comida a la mesa de los tuneros.