Reforestar en fincas de campesinos y hacer un adecuado manejo agroecológico mediante la inserción de árboles maderables y frutables, también está dentro de las prioridades de los proyectos de colaboración en Jobabo.
Ahora se trabaja en el diagnóstico de la gestión de fincas, ya con cinco incluidas de ellas incluidas, las cuales tienen en sus programas de manejo una serie de actividades que insertan precisamente la plantación de especies de follaje que aporten oxigeno al medio ambiente.
Hasta el momento se ha aplicado la herramienta de medición IVEA por especialistas del centro universitario local para medir las necesidades de reforestación en los sitios seleccionados, y es la reforestación una de las debilidades, por lo que será hacia ese aspecto que se dirigirá una de las propuestas de enfoque del proyecto.
IRES a la vista
IRES, el proyecto que pretende remover buena parte del marabú que carcome actualmente miles de hectáreas agrícolas y ganaderas de Jobabo, y convertir esos terrenos en bosques, silvopastoreos y zonas productivas, tiene grandes beneficios para el municipio, significó Pedro Rodríguez, responsable del programa en esta localidad.
En total, esta área unas 340 hectáreas, de las cuales para este año deben completar no menos de 54, de las cuales ya se mostraron unas 25 roturadas y prácticamente listas para calar las posturas contratadas con otros dos proyectos de desarrollo local, el socioproductivo del Politécnico Manifiesto de Montecristi y el Agroforestal de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Nicaragua Libre, del cual está a cargo Carlos Machado, un entusiasta conocedor de los secretos de la silvicultura.
Los representantes de la FAO que están a cargo del programa ven excelentes potencialidades en la UBPC 1º de Enero, también beneficiada por IRES, y en la finca de Carlos Pantoja, en El Lavado, campesino perteneciente a la CCS Victoriano Martínez, cuyas condiciones para aportar a los objetivos del programa de resiliencia forestal sin renunciar a la ganadería y aprovechando las bondades de sus conocimientos de agroecología dejaron un prometedor avance.
Otra de las fincas con compromisos de reforestación es la de la familia Barbán, cerca de la antigua escuela Melanio II, donde casi un tercio de las 15 caballerías estarán destinadas a potenciar el entrelazado silvopastoreo de reses y ganado menor. Allí, además de valorarse como ampliar los tentáculos del proyecto dada las condiciones geográficas del lugar, se aprecia un notable cambio en el entorno forestal.
Por los rumbos de un proyecto prometedor
El proyecto IRES, en el cual está incluido Jobabo y dentro de los municipios tuneros es el más beneficiado en cuanto a financiamientos, cantidad de acciones y compromisos a ejecutar, es una oportunidad de desarrollo que puede complementarse con otros programas ya existentes o derivar en nuevas iniciativas.
A juicio de Eliades Labrada, Director de Proyectos en Jobabo, pueden explotarse todas las capacidades locales existentes en materia de gestión y enriquecerlo.
Desde la óptica de Alexis Morel, Profesor e investigador del Centro Universitario Municipal, con IRES se pueden mitigar parte de los problemas medioambientales existentes en Jobabo, siendo este uno de los municipios más deforestados de Cuba.
Ires, no solo posibilitará cambiar unas 13 mil hectáreas de marabú por bosques, sino que se enfoca en una buena combinación entre silvicultura y producción agrícola, para lo que brindará recursos, financiamientos y capacitación en un plazo de siete años.