Jobabo.- En la mini-industria de San Antonio trabajan solo siete personas, pero producen de todo, casi anónimamente, hacen más de una decena de conservas y preparados a base de frutas y otros productos salidos de la agricultura. Allí hay pocos salarios, pero sobra la voluntad de ese pequeño colectivos.
Para producir no hace falta mucho, solo unos pocos recursos y la voluntad de la gente, pero esto se ve afectado por malas remuneraciones, poca atención de los directivos y falta de inversiones pequeñas que devuelvan la vitalidad a esa pequeña fábrica que procesa lo que sale del campo.
Más de una decena de surtidos van alternando en este pequeño y rústico enclave perteneciente a la unidad empresarial de base alimentaria de Jobabo, y no es la buena atención a su colectivo, precisamente, lo que ha marcado la pauta, sino la consagración de esos pocos emprendedores que se las arreglan de alguna manera, muchas veces con recursos propios, para sacarle algo de comer a todo lo que puedan sacar de las cosechas de esa zona.