Para el amor no hay edad dicen, y tan demostrable como cierto, los años apenas son cifras insignificantes cuando algo se quiere. No hay metas caducas ni sueños irrealizables y eso es precisamente lo que demuestra un instituto jobabense desligado de límites y prejuicios. La Escuela de Educación de Jóvenes y Adultos Frank País desconoce cosas tan superfluas como edades y coloca en la cúspide de la montaña las ansias de estudiar y superarse de cada estudiante.

Pequeña, hermosa, ordenada y emprendedora, carga la responsabilidad de conducir a sus alumnos hacia un mejor futuro con un título de bachiller, lo cual, si así lo desean, les abre las puertas a carreras universitarias. Con una rica trayectoria histórica y favorecida con el Tercer Perfeccionamiento Educacional, tiene como objetivo egresar estudiantes cada vez más preparados, cultos, responsables y en correspondencia con los fines de la sociedad.

Un proceso largo, pero lleno de pasiones

El nacimiento de la Educación de Jóvenes y Adultos en Jobabo, hace 60 años, es el resultado de un amplio proceso, fruto de la Campaña de Alfabetización y su consecuente revolución educacional, donde las aulas de seguimiento fueron el determinante para los años venideros.

Con alrededor de 300 locales, el municipio condujo tan importante encargo hasta los lugares más apartados. Aunque la sede de preparación fue el Centro Raúl Perozo, existieron aulas en el Cuartel, Los Sitios, Carlos Baliño, Manuel Fajardo, la Casa de Visita del PCC y el Central Perú. Asimismo, zonas rurales como Las Lajitas, Sabana Nueva, Las Mercedes, Sirvén y Birama, fueron testigos de una gran oleada educativa.

Tras la generalización de estos trabajos, según relata el Historiador de la Ciudad y también profesor de la EDJA Frank País, Esteban Yero Rosales, aún quedaban caminos por recorrer, entre ellos una nueva meta del pueblo, obtener el sexto grado. A partir de ahí comenzó una importante batalla extendida desde 1975 hasta 1980.

La existencia de aulas mixtas, horarios rotativos entre la tarde y la noche y un sistema organizado por rutas, conformó poco a poco un nuevo proceso para la superación primaria. Organismos como la ANAP, la FMC, el Taller INRA y la empresa INIT, ahora Comercio y Gastronomía, participaron activamente en esta contienda a la cual se incorporaron todos los establecimientos de la zona urbana y muchos de la rural. A paso firme, la clase obrera y campesina de Jobabo libraba una lucha contra la ignorancia y ascendía un peldaño más, era momento de vencer el noveno grado.

Nacionalmente esta nueva respuesta estuvo enmarcada en el periodo de 1980 a 1985 y constituyó el compromiso de los trabajadores con el arribo al Tercer Congreso del Partido Comunista de Cuba. A diferencia de la anterior, en esta batalla fueron sustituidas las rutas por centros sedes que abarcaban zonas con atención de varias aulas.

Tras el congreso, los jobabenses habían llegado puntualmente a su meta y con ello aspiraban a un proceso mucho mayor, superar el duodécimo grado. “Cuando en 1975 se libraban las principales batallas, existían ya personas con el nivel secundario vencido, por lo que la meta de formar técnicos y profesionales no fue justamente resultado de los procesos anteriores, pero tampoco es posible desligarlo”, afirma Yero Rosales.

Fundada desde 1974, ya la Facultad Obrero Campesina Mártires de Viet Nam emprendía decididamente el camino hacia el bachillerato. En este período surge el curso dirigido o por encuentro Frank País, con motivo de elevar el nivel académico a dirigentes políticos y administrativos. Fusionados con posterioridad, el curso y Mártires de Viet-Nam, resultaron en la creación de la Facultad Obrero Campesina Frank País con sede igualmente en Raúl Perozo.

Lentamente, lo iniciado hace más de medio siglo y tras un largo proceso de conformación, tomó la estructura de una escuela comprometida con el ímpetu de enseñar y elevar los conocimientos de sus alumnos. Hoy, con una sede definitiva en el reparto Argentina Norte, 176 estudiantes en su matrícula y un calendario escolar de ocho semestres, la Escuela de Educación Obrero Campesina, renombrada Educación de Jóvenes y Adultos (EDJA), tras la puesta en práctica del Tercer Perfeccionamiento Educacional, es testigo de una reforma sin precedentes.

Lo que llegó para quedarse

El Tercer Perfeccionamiento Educacional constituye, para todas las escuelas del país, un haz de alternativas por un mejor funcionamiento en el sistema educativo. Implementado desde el curso 2017-2018, impulsa nuevas formas de desarrollo en el sector y facilita opciones para mejorar la calidad de la educación cubana. La Frank País, no es sino una de las muchas escuelas favorecidas con este ejercicio, el cual determinó nuevas posibilidades para un centro que no ha dejado de soñar, y puso en sus manos oportunidades nunca antes imaginadas.

Una de las principales y más importantes, según Adelaida Ramos Leyva, directora del centro, deviene en un proyecto institucional ambicioso que responde a las necesidades de cada estudiante a través de actividades complementarias. Desde el rediseño del horario, el proyecto “EDJA Educación de Jóvenes y Adultos. Retos. Una mirada hacia el Tercer Perfeccionamiento Educacional”, ofrece un cúmulo de acciones capaz de enriquecer culturalmente a los alumnos a partir de talleres artísticos, informática y lengua inglesa.

“Nuestros estudiantes, desde una agenda flexible y didáctica, no contaban con asignaturas que propiciaran un conocimiento cultural ni les abriera camino hacia una preparación informática o del idioma inglés, algo necesario para el desarrollo de nuestra juventud en la actualidad”, expresa quien, al frente de lo que llaman una gran familia, no escatima esfuerzos por garantizar un mejor futuro a jóvenes y adultos.

La materialización de estos planes condicionó la apertura de un convenio entre la EDJA y el Joven Club de Computación, al cual está asociado un numeroso grupo de alumnos, vía por la cual, además, está insertado el centro de idiomas, en una suerte de dos escuelas en una para cumplir cada objetivo. Asimismo, la garantía de una preparación artístico cultural ha inducido la ocurrencia de un amplio movimiento de aficionados al canto, el baile e incluso la locución.

Los cauces del proyecto desembocaron también en una sociedad científica cuyo objetivo es, en vísperas del 14 de junio, fecha conmemorativa por el natalicio de Antonio Maceo y Ernesto “Che” Guevara, demostrar la proyección de la juventud cubana desde la impronta de dichas personalidades. “Sin olvidar al mártir de la escuela, Frank País García, ni las ideas de Fidel Castro, develaremos cómo nuestros jóvenes se han apropiado de todos estos valores y su forma de reflejarlo en la sociedad”.

Innovador y atractivo, el proyecto ha recurrido incluso a las nuevas tecnologías a fin de interactuar y establecer una nueva comunidad. La creación de un grupo de WhatsApp para divulgar estudios independientes u otras orientaciones a quienes no asisten por algún motivo, respalda dicha premisa.

Estos logros ponen al descubierto la disposición de una pequeña escuela para revolucionar desde el compromiso y la entrega a sus alumnos. Si bien una ley newtoniana afirma que a toda acción corresponde una reacción, tales prácticas han resultado en importantes y reconocibles logros.

Una escuela sui géneris

“La generación venidera será mejor que nosotros, pero nosotros seremos los que habremos hecho posible esa generación mejor. Nosotros seremos forjadores de esa generación futura”. Ciertamente, Fidel Castro elevó a la máxima potencia la incansable labor de educar y llevar tan noble profesión más allá de sus horizontes y, tras esta premisa, la EDJA Frank País ocupa un lugar nunca antes conquistado por una escuela de su tipo.

Con el perceptible orgullo de quien va por buen camino, Adelaida asegura que este es el único centro escolar de adultos con una estructura estudiantil. “Dentro del propio proyecto, consultamos con la UJC y adoptamos como iniciativa crear una organización”. Hoy, la Frank País tiene un presidente, dos vicepresidentes y numerosos activistas de la cultura, el deporte y el trabajo.

No obstante, y como asegura la directora, no fue un hecho casual sino resultado de uno de los más importantes procesos desarrollados en la facultad. Tras un intenso trabajo ideopolítico resultaron 46 estudiantes aptos para recibir su carnet de acreditación como Militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas y, durante un trascendental evento, fueron entregados 18. “Tuvimos el mérito de ganarnos, por primera vez, la sede del Acto Provincial por el 60 Aniversario de la Educación de Adultos; ese día fueron entregados, a un primer grupo de alumnos, sus carnets de la militancia de la UJC”.

La escuela ha incursionado además, como parte de los planes, en el progreso agroalimentario con un área pequeña donde intervienen estudiantes y profesores. “Tenemos un terreno sembrado de yuca, boniato, maíz y plátano. Además yo, como coordinadora de género y del Proyecto IRES en el municipio, transmito a mis estudiantes, en su mayoría de zonas rurales, una cultura general sobre el fondo verde, cambio climático y la resiliencia climática en el ecosistema cubano”.

Con un proyecto novedoso, una estructura política y estudiantil, y el mérito de haber acogido la celebración de unas de las fechas más relevantes para esta enseñanza, el instituto promueve mayor protagonismo y motivación del estudiantado. Por tal objeto, ha sido testigo de celebraciones como el Día del Estudiante, del Educador y otros como este 4 de abril. Asimismo, y en el marco de un grupo de importantes procesos en Cuba, son discutidos el Código de la Familia y el Decreto Ley No.198/2021 del Programa Nacional para el Adelanto de la Mujer, a fin de nutrirlos político y legalmente.

Sin límites de edad, varios subescolarizados aprovechan los beneficios de la escuela en horarios de la noche, pertenecientes a zonas como Las Margaritas, La Yolanda, Caobilla y Vietnam. “Tenemos personas adultas de hasta 57 años en el afán de alcanzar su sexto grado”.

“Para mí, estudiar en esta escuela es un sueño cumplido, pues tengo la oportunidad de obtener un título de duodécimo grado por el cual, si me esfuerzo, alcanzaré una buena carrera universitaria. Mi aspiración es convertirme en maestro”, afirma Reynier Gonzáles, estudiante de 24 años que encontró en la EDJA Frank País, un impulso para sus metas.

Reacciones similares son comunes en un colegio que supera expectativas y encuentra maneras para propiciar la formación profesional. Vinculada con la FMC, los CDR y el Poder Popular, interactúa con zonas vulnerables del municipio y cuenta con más de 30 personas captadas entre estos barrios. Tras un diagnóstico de su escolaridad, ya han sumado sus deseos de aprender un grupo de nuevo ingreso para un primer semestre recién iniciado. “Son hombres y mujeres que no pensaban ir a un centro escolar, y nos hemos encargado de tocarles las puertas; ellos no vienen a la escuela, la escuela va hacia ellos”, defiende Adelaida.

De lo incierto a lo seguro, direcciona además cuanto recurso tenga en las manos para garantizar que sus alumnos avancen. Un ejemplo, son cursos complementarios para facilitar la continuidad de estudios una vez concluido el bachillerato. Actualmente alrededor de 18 educandos asisten a la Casa de Orientación a la Mujer y son formados como Técnicos Medio en Enfermería, cinco están inscritos en la Comisión de Cuadro de la PNR y cuatro en un curso de rehabilitación. “Nosotros no estamos diseñados para la continuidad de estudio pero sí la facilitamos, por ejemplo, presentamos nueve estudiantes a exámenes de ingreso y todos aprobaron, ahí tienen asegurada una carrera universitaria”.

En los últimos diez años, la facultad ha estado a la vanguardia en fórums de ciencia y técnica, en el de Pedagogía 21, con primer lugar en dos ocasiones, y han alcanzado el 100% de aprobados en los Exámenes de Ingreso a la Educación Superior. Asimismo, con un claustro de licenciados y siete másteres, se han obtenido sistemáticamente más del 90% en parámetros de promoción y una calidad educativa de excelencia.

Materializado en los empeños de un centro que sueña en grande y coloca en la cima su noble tarea, la Escuela de Educación de Jóvenes y Adultos Frank País, fue resultado de un prolífico proceso y a paso firme continuará lo iniciado hace 60 años. Al bien decir del orador Frederick Douglas, “la educación significa la emancipación. Significa luz y libertad. Significa elevar el alma del hombre a la gloriosa luz de la verdad, la luz por la cual los hombres solo pueden ser liberados”.