En estos meses de enfrentamiento a la covid-19 en Cuba, abundan las colas y los coleros, moviéndose a la vista de todos. En Jobabo también se evidencia aquellas personas que marcan dos y tres veces, para otros y entre ellos hay quienes venden sus puestos a los que pueden pagar altos precios por apresurar su momento de compra.
Se pudiera llegar a dudar de la humanidad de estos seres que, movidos por el individualismo, se olvidan que niños, ancianos y embarazadas no tendrán la oportunidad de obtener lo que necesitan, pero hay que analizar también ciertas mercancías que dentro de las mismas tiendas quedan guardadas para favorecer a otros, reclamos que se reiteran con frecuencia.
Algo que también es cierto son las conocidas listas, supuestamente creadas para organizar las colas con números y turnos dados, asimismo encubren la actividad de los coleros muchos de los cuales son los mismos organizadores en las tiendas desde madrugadas.
El municipio para ganar en eficiencia, rapidez y organización creó el destacamento de apoyo popular los que por estos días su accionar ha sido satisfactorio.
Las inconformidades del pueblo hacia los coleros aun existen y enturbian un comercio ya golpeado por la crisis y el bloqueo impuesto por el gobierno de los EE.UU, a pesar de los esfuerzos de las autoridades para enfrentar estos hechos, falta mucho por hacer en tal sentido, la cooperación de todos podría ser la clave para terminar con este flagelo.