Unidades productivas enclavadas en el polo Melanio Ortiz dirigen por estos días un notable esfuerzo para completar las áreas de frutales destinadas a sostener parte de la demanda industrial que requiere la fábrica de conservas que se construye en Jobabo, una vez concluida.
Una prioridad ahora es sobrepasar las 200 hectáreas de guayaba de alto rendimiento que se comenzó a fomentar desde finales de 2019 y que por reiteradas incongruencias en los programas de siembra no le ha llegado a plantar, faltando más de un cuarto de los terrenos comprometidos para este programa.
Se explicó que ha habido un despegue en la parte privada con el planeamiento de cultivos de tomate, frutabomba, mango y la propia guayaba, y se valoran otras frutas que pudieran generar volúmenes suficientes para el encadenamiento productivo que se necesita en la que será la mayor fábrica de conservas de la provincia de Las Tunas.
Especialistas del sector agropecuario explicaron que lógicamente la industria no se podrá sostener solo con los frutales que produzca Jobabo, por lo que ya se ha intencionado la posibilidad que municipios aledaños puedan abastecer mediante una contratación efectiva, especialmente en las cosechas de mango y tomate.
Un punto clave es que la comercialización no se realizará con intermedio de Acopio, sino que será un negocio directo fábrica-productor o fábrica-cooperativa, pues la entidad tendrá todas las condiciones para el transporte y el estatus legal para manejar sus cuentas financieras.
De la agilidad con la que se trabaje en el campo depende en pocos meses la arrancada de la industria de conservas de Jobabo, ya completada en más de un 80 % de la obra civil y con la mayoría de la tecnología lista para instalar.