Orfelina Verdecia González de Jobabo, Las Tunas, es una de las féminas que enfrentó al cáncer de mama hace 7 años atrás y hoy, un poco nerviosa pero con el orgullo de enfrentar con coraje esta enfermedad nos cuenta su historia.
«Me detecté las bolitas cuando me estaba bañando en el ceno, de inmediato fui al hospital de Jobabo, me atendió el Checo, pero me trasladaron para Las Tunas y me atendí con el doctor Alexander. Después de varias pruebas detectaron que eran nódulos malignos, le dije que no tenía miedo y mis hijos decidieron llevarme para La Habana. Una vez allí, me atendieron, me operaron, me radicaron un seno».
Pensar de manera positiva le ayudó mucho a sobrellevar la enfermedad, asumió como una verdadera guerrera con la premisa de que hay que acudir al médico ante cualquier circunstancia. «Luego me mantuve en consulta por un año, con frecuencia me indican mamografía, pero me siento bien, he llevado mi vida normal, nunca me he alterado de los nervios ante este problema, a pesar de saber lo que tenía, estoy bien».
«Por eso exhorto a todas las mujeres que se detecten cualquier anomalía en sus mamas que acudan al médico a tiempo, porque todo tiene solución. Soy ama de casa, realizo las labores del hogar, limpio, lavo, cocino, sin problemas».
Orfelina lleva su vida normal, se siente útil y agradecida de su familia y de la medicina cubana. «Llevo una vida normal, junto a mi familia, y el que te radiquen un seno no constituye problema, lo importante es estar vivos. A pesar de padecer de otras enfermedades como cardiopatía, diabetes, hipertensa pero le agradezco al sistema de salud cubano y a la Revolución porque gracias a ello estoy viva y bien, tuve buena atención en cada uno de los hospitales que me asistieron, estoy bien y hay que seguir adelante».
Orfelina Verdecia González de Jobabo, Las Tunas ha resistido tratamientos duros, soportado el miedo con una fuerza asombrosa. Ahora es una mujer renovada, fortalecida y agradecida con la vida.