‘No se puede encontrar lo que no existe, esos ataques fueron una operación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense’, agregó el también estudioso sobre asuntos de la Seguridad del Estado en entrevista exclusiva con Prensa Latina.
De acuerdo con el analista, el denominado Síndrome de La Habana respondió a la pretensión del Gobierno del expresidente Donald Trump (2017-2021) para terminar con los vínculos entre ambos países y asfixiar a la nación caribeña.
La administración del magnate quería un pretexto para romper los nexos con La Habana y justificar las más de 200 medidas adoptadas contra el país durante su mandato, denunció.
‘¿Cómo emitir una onda radial que afecte a unos sí y a otros no?’, cuestionó el experto al referirse a los incidentes descritos por los diplomáticos.
Así lo confirma, además, un informe del Departamento de Estado norteamericano, desclasificado recientemente, que ratifica la falta de pruebas para vincular a Cuba con los misteriosos problemas de salud que afectaron a los funcionarios estadounidenses.
El texto sugiere que la orden de Trump para desmantelar la embajada de La Habana a principios de 2018, como reacción a los ‘ataques sónicos’ fue una ‘respuesta política plagada de mala gestión, falta de coordinación e incumplimiento de procedimientos’.
‘El mecanismo de la causa de las lesiones es actualmente desconocido. Desconocemos el motivo de estos incidentes, cuándo comenzaron realmente, o quién lo hizo’, señala el documento redactado en 2018, luego de cuatro meses de trabajo.
La desclasificación de este informe apunta a un momento de cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba con la llegada al poder del demócrata Joe Biden, adelantó Escalante.
Sin embargo, para el investigador las transformaciones desde la nueva administración no serán drásticas en cuanto a sus objetivos.
‘Los mecanismos de gobierno en la sociedad norteamericana no son tan simples como parecen y ellos tampoco están interesados en ello’, adelantó.
La administración de Biden tratará de hacer algunas liberaciones con temas como las remesas y la regularidad de los vuelos, reactivar los consulados y embajadas en ambos países, así como restablecer algunos convenios como el de la lucha contra el narcotráfico, dijo.
A la par, pretenden utilizar eso para transmitir expectativas como parte de la acostumbrada guerra sicológica contra la isla, señaló.
Emplean el empoderamiento de la pequeña empresa privada para generar un supuesto mejoramiento económico en el país, cuando en realidad anhelan destruir el modelo social cubano.
Su objetivo es acabar con el Gobierno revolucionario, aprovechar esta época y las nuevas generaciones para confundir y tratar de lograr lo que antes no lograron, añadió.
‘No se trata solo de resolver el problema histórico de dominación con Cuba, se trata de mostrarle a América Latina y el mundo que eso es posible’, concluyó.