Las Tunas.- Llegar a la capacidad máxima de 500 mil plantas será posible en la biofábrica de la provincia de Las Tunas cuando concluya el proceso de inversión, que comenzó en el mes de marzo y que incluye el revestimiento de las áreas estériles, la construcción de un filtro sanitario, el arreglo de los baños y una escalera exterior.
Hasta ahora, en el centro se obtienen cada año cerca de 300 mil vitroplantas de cinco variedades de plátanos: burro, enano guantanamero, Fhia 04 y 21 y manzano Inivit, las que se destinan a los polos productivos dispuestos en los ocho municipios y que también se comercializan a las personas naturales que lo deseen.
Previstas a terminarse en el mes de septiembre, las acciones de reparación y/o mantenimiento tienen un valor de 206 mil pesos en las dos monedas, según Wílber Núñez Pérez, director de la Unidad Empresarial de Base Productora y Comercializadora de Semillas, quien añadió que también se cambia el sistema de clima y una parte de la tecnología, como autoclaves y destiladores.
En el territorio tunero hay un mercado seguro para las bioplantas, pues se venden todas por sus características genéticas y físicas que les confieren un alto nivel de supervivencia, al adaptarse fácilmente a los diferentes tipos de suelos, aunque es elemental el correcto manejo luego de su siembra definitiva.
En funcionamiento desde el año 1992, la entidad cuenta con 20 trabajadores y de ellos, 15 están vinculados directamente con la producción, en la micropropagación de simientes de alto valor agronómico, resistentes a plagas y enfermedades e, incluso, de más rendimientos que las semillas tradicionales.
Los platanales de la provincia se renuevan por diferentes prácticas de los campesinos y productores estatales y en ese proceso también es significativo el aporte del colectivo de la biofábrica, por la introducción de plantas obtenidas mediante la multiplicación del tejido vegetal conocido como meristemo.