-Desde pequeño tuve que halar caña para sobrevivir y trabajar el campo de jornalero, así aprendí a hacerme hombre desde niño- relata, José Manuel Gurdez Pérez, un octogenario campesino jobabense que es fundador de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Nicaragua Libre.
Manolito, como le conocen en San Antonio, el barrio donde reside desde siempre, llevó las riendas de esa unidad productiva casi 20 años, y fue en ese periodo que demostró que era el cooperativismo un baluarte que en el quehacer productivo y económico, sólo que hay necesidad de explotarlo sin remilgos.
-Yo apenas sabía leer y escribir. Tenía pocos estudios, mucho menos conocía algo de economía. Me fue muy difícil tomarle el pulso a los papeles. Sobre todo porque pensé que no era necesario poner un economista porque temía que me fuera a robar y yo no tenía como detectarlo- dice sonriente.
-Sí, usted creerá que es mentira, pero todo el tiempo dirigí la cooperativa sin económico, sólo con el jefe de producción y la consulta constante con la junta directiva, y quiero de decirle, no tuvimos pérdida, se pagaban buenos salarios, y la cooperativa ge eraba ganancias considerables- manifiesta con orgullo el viejo campesino.