El Grito de Yara tiene sus antecedentes tuneros, es de esos pasajes de la historia que quedan en el anonimato o que prácticamente se refleja poco en los textos habituales. Dos meses antes de los campanazos en Demajagua, el cuatro de agosto de 1868 un grupo de conspiradores criollos ya manejaban los destinos de un inminente alzamiento para arrebatar la libertad a España.
Fue San Miguel del Rompe el sitio escogido por el propio Céspedes y representantes de Camagüey y la zona oriental. Y aunque la diferencia de criterios fue un marcado punto, sí estaban convencidos que no podía demorar el levantamiento.
Inicialmente, la junta pretendía lanzarse a la lucha en fecha tan temprana como el 3 de septiembre, pero la premura y la falta de un consenso entre camagüeyanos y orientales, llegó a que luego se volvieran a reunir en la Finca Muñoz de las Arenas, también cercana a Las Tunas.
En este otro encuentro Vicente García propuso definir el alzamiento y citó a los patriotas para El Mijial, donde finalmente se decidió que la contienda se iniciaría el 14 de octubre, quedando claro que, si el resto no se alzaba, los tuneros se irían solos a las armas.
Como toda conspiración, no faltan las delaciones, y fue esa la causa de que en vez del 14, fuera el 10 de octubre ese primer alzamiento que marcó los cimientos de una revolución que caló en la historia de la ya consolidada nacionalidad cubana.
La notable arenga de Céspedes en los campos bayameses, fue secundada por los tuneros tres días después, aunque se habla de que con antelación ya por estos contornos se habían realizado algunas acciones en nombre de la libertad de Cuba.
A solo siete días del grito de Yara, otro bayamés se alza en armas en su hacienda Cabaniguán, al sur de lo que hoy comprende el territorio jobabense, y poco a poco los focos de insurrección se van diseminando por todo el oriente.
Las reseñas históricas del inicio de la guerra de los 10 años siempre ponderan el alzamiento en Demajagua, y la incuestionable figura del Padre de la Patria, quien quiso la historia que parte de su periodo al frente del gobierno de la república en armas tuviera su principal estancia en Ojo de Agua de los Melones. Pero, lo que las versiones relatadas dejan de reseñar con frecuencia es el protagonismo de los tuneros en los preparativos de la contienda en la figura misma de Vicente García.