Parece que 170 años no es nada, pero a la vuelta de la historia y cuando nos remontamos al nacimiento de una personalidad como José Julián Martí Pérez nos hace pensar que más de un siglo y medio, sí es mucho.
Aún así, la brillante y colosal hoja de servicio del Apóstol de la independencia de Cuba, está ahí, al doblar los pliegos de un libro, al desempolvar archivos, una obra que nos traslada a una realidad repleta de sapiencia, de mandamientos y de poesía.
José Martí, Héroe Nacional, luchó por impulsar la revolución democrática y popular hacia la independencia de Cuba, Puerto Rico y las Antillas, así como por la libertad y la reivindicación de derechos de los esclavos, de los trabajadores y de todos los que no fueran libres.
La madurez cultural y política adquirida por el Apóstol le permitieron entender tempranamente la necesidad de organizar la lucha revolucionaria para liberar del yugo a pueblos enteros y dignificar su existencia como seres humanos y no como esclavos al servicio de mancilladotes oportunistas.
Martí fue fundador y director del periódico Patria como órgano del Partido Revolucionario Cubano, en el cual publicó notables artículos de denuncia a la cúpula de la entonces nación saqueada y pisoteada por España. Por sus aspiraciones libertarias muchas veces quisieron privarlo de su libertad.
No es Martí la figura aquella que puso por delante sus intereses personales por encima de los de la Patria en peligro y necesitada de libertad y de una justicia social para cada uno de sus nativos.
Nuestro Martí apostó por la lucha individual y colectiva, por sólidos principios, los valores morales y sociales, la dignidad, el respeto y la igualdad, elementos que indispensables para lograr una sociedad culta y verdaderamente libre y sin amos.
A la data necesaria de 170 años del nacimiento de Martí, los aires renovadores de su pensamiento e ideario, reverdecen como ramas eternas a las llanuras y las montañas para señalar el camino de la libertad, la soberanía y la paz.