Corrían los primeros días de enero de 1959, los Rebeldes habían logrado el triunfo de la revolución, muchos, desde las majestuosas y firmes elevaciones de la Sierra Maestra, y otros, desde las distintas ciudades en el llano.
Fueron años de intensa lucha, de sufrimientos, de instigación del enemigo, de hambre, de cansancio, pero las ideas y los deseos de lograr un cambio, eran más fuertes y poderosas que todas aquellas que laceraron a las fuerzas libertarias.
Después del triunfo revolucionario vendrían otras misiones, una era llegar a la capital de país a través de la Caravana de la Libertad encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, al frente de las fuerzas del Ejército Rebelde y otras organizaciones de combate, proveniente del Oriente de la Isla.
Dichas fuerzas partieron de la indómita Santiago de Cuba en un trayecto de más de mil kilómetros pero valía la pena festejar el triunfo revolucionario, que habían anunciado el primero de enero de 1959.
Acompañaban al líder Fidel Castro en la caravana hacia La Habana, campesinos de casi toda la nación y que combatieron ferozmente contra la tiranía de Batista y por el camino se sumaban files simpatizantes de la causa revolucionaria.
El Cotorro fue el poblado por donde entraron. Allí estaba a su espera el Comandante Juan Almeida acompañado de sus tropas, minutos más tarde llegaban firmes, alegres y empoderados hasta la Virgen del Camino, ya en plena capital cubana.
A su andar la Caravana de la Libertad por La Habana, se le suma Camilo y el Che a quienes Fidel le había ordenado llegar antes para organizar lo que ocurría después de su llegada, y así fue.
Ya en horas de la noche de aquel 8 de enero de 1959, Fidel pronuncia un discurso en el que se le recuerda decir: ” Aquí estamos en la capital, aquí estamos en Columbia, parecen victoriosas las fuerzas revolucionarias; el gobierno está constituido, reconocido por numerosos países del mundo, al parecer se ha conquistado la paz; y, sin embargo, no debemos estar optimistas: “
Alertó que lo más difícil empezaba en ese momento, lograr los cambios que necesitaba el país y los desafíos que tendrían que vencer para lograr sostener la revolución naciente, el líder no se equivocó, pues Cuba y su gente, ha tenido que sortear obstáculos pero 65 años después, aquí estamos y venceremos.