La historia de Evaristo Barrios González es la historia de un hombre cuyo compromiso con la verdad y el bienestar de Jobabo dejó una marca imborrable en el tejido social. Nacido el 16 de junio de 1912, encontró su vocación en el periodismo y la enseñanza, dos pilares que lo acompañarían a lo largo de toda su vida.
Desde su juventud, y con apenas 14 años, Evaristo demostró un profundo amor por la radio y la prensa escrita, convirtiéndose en corresponsal de emisoras radiales y periódicos nacionales. Su compromiso lo llevó a ser uno de los pioneros de la prensa en Las Tunas, reportando el acontecer diario de su comunidad para el noticiero de Radio Circuito y el semanario El Trabajador.
Pero su legado va mucho más allá del trabajo como periodista. Luchó hasta lograr la creación de una sala de historia en Jobabo, misma que hoy constituye un monumento a su memoria y, uno de sus logros más importantes, fue el premio que recibiera en 1978 durante el Concurso Nacional de Historia del INDER.
¿Su mayor aspiración? Que Jobabo tuviera su propia emisora, sueño que años más tarde se haría realidad. Él no la vio, pero de alguna forma ayudó a forjarla legando su ejemplo y capacidad.
Hasta el último día de su vida, Evaristo siguió trabajando incansablemente, mientras reportaba cuanto acontecimiento ocurría. Su legado perdura en la memoria de aquellos que lo conocieron y en las instituciones que llevan su nombre, como la peña deportiva que fundó uno de sus discípulos en su honor. Aunque ya no esté físicamente entre nosotros, su espíritu vive en cada gesto y cada acto de amor por su amada profesión.
Cuando se celebra el Día Mundial de la Radio es imperioso celebrar el legado de Evaristo Barrios González, quien aún sigue vivo en la memoria de aquellos que lo conocieron y en el corazón de los jobabenses. Su ejemplo de entrega y compromiso continúa inspirando a las generaciones futuras a trabajar en servicio del deporte y el periodismo, como credenciales de aquella fructífera vida.