La Habana, 26 abr (ACN) El cambio climático acrecienta hoy su amenaza contra los ecosistemas y la propia existencia de los seres humanos, pero ante la demanda de acciones urgentes por los gobiernos, Cuba se encuentra una vez más limitada por una política injustificada de más de 60 años, como es el bloqueo.
Mientras esta nación aporta solamente un 0,08 por ciento al volumen total de gases de efecto invernadero, Estados Unidos es el segundo mayor contaminante del mundo después de China, y en conjunto producen casi la mitad del total de dióxido de carbono del planeta.
Las naciones industrializadas tienen compromisos internacionales para propiciar la transferencia de tecnología, la Ayuda Oficial al Desarrollo, y la financiación climática a los países más vulnerables, entre los cuales se encuentra Cuba que, según la Organización de las Naciones Unidas, es de los más afectados en las últimas dos décadas por desastres naturales vinculados con el cambio climático.
En ese sentido, José Fidel Santana Núñez, viceministro primero de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), explicó a la prensa que entre los efectos se encuentra la elevación del nivel medio del mar, estimada hasta en 29 centímetros para 2050.
Como consecuencia de ese fenómeno habrá pérdidas de terreno en las zonas más bajas y se prevé la desaparición de 20 asentamientos poblaciones, 14 de ellos antes de 2050.
A ello se suma, dijo el funcionario, la intrusión salina ocasionada por la penetración anómala del mar, que causa la salinización del agua de consumo y afecta a la agricultura y los suelos.
No obstante, la administración norteamericana continúa atentando contra la estrategia ambiental nacional, y esa hostilidad tiene su máxima expresión en el bloqueo económico, comercial y financiero.
Santana Núñez precisó que el cerco estadounidense dificulta la adquisición de tecnologías avanzadas, necesarias para implementar las medidas de adaptación y mitigación propuestas en la Tarea Vida, Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático.
No podemos adquirir equipos con más del 10 por ciento de componentes de origen norteamericano y debemos buscarlos en mercados distantes, donde resultan más costosos y tienen mayores aranceles de transportación, explicó.
Al igual, añadió, se reducen las oportunidades financieras, pues no pueden hacerse transacciones con bancos con intereses en Estados Unidos, y esto incide también en el cumplimiento de las contribuciones del país a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
El afán de entorpecer el desarrollo de la nación caribeña en todas las esferas se manifiesta incluso en los intentos de impedir el financiamiento internacional, como sucedió recientemente con la negativa de la delegación estadounidense de aprobar fondos para el proyecto Mi Costa.
La iniciativa de resiliencia costera al cambio climático, que beneficiará a más de un millón de personas en 24 municipios y siete asentamientos, recibió en la Junta del Fondo Verde del Clima un total de 23 votos a favor y solo el de Estados Unidos en contra, por pretextos políticos ajenos a la situación climática.
Asimismo, el viceministro primero aludió que el bloqueo entorpece la cooperación con científicos norteamericanos y el acceso a información especializada en sitios digitales.
Santana Núñez aseveró que durante el mandato del ex presidente Barack Obama se firmaron varios memorandos de entendimiento ambiental y se realizaron importantes expediciones científicas de interés común, pero estos esfuerzos se afectaron durante la administración de Donald Trump.
Aseguró que Cuba mantiene la voluntad de retomar estos memorandos, aún vigentes, con la contraparte estadounidense, pues a su consideración lo referente al ecosistema no se debe politizar, dada su repercusión para el bienestar del hombre y el medio ambiente.
A pesar de estas evidentes trabas, la mayor de las Antillas sigue avanzando en el enfrentamiento al cambio climático, y en los últimos años ha destinado entre 550 y 600 millones de pesos a estas cuestiones, informó.
Señaló que estaba previsto aumentar ese financiamiento de manera paulatina, pero ello sufrió un relativo descenso por la urgencia de destinar fondos para combatir la pandemia de la COVID-19.
No obstante, la voluntad de la dirección del país es continuar priorizando las medidas sobre esta importante cuestión, por lo cual se han dirigido cuantiosos recursos para el traslado de los asentamientos poblacionales afectados, la recuperación de playas, el aseguramiento de agua corriente con mayor calidad y estudios para aliviar la penetración del mar por fenómenos climáticos, entre otros.
Por otro lado, el funcionario insiste en la necesidad de fortalecer las acciones de educación ambiental y la preparación de las nuevas generaciones con vistas a afrontar estos problemas, que en el futuro ocasionarán escenarios más adversos.
Este 26 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Clima, declarado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, efectuada en el año 1992, para generar conciencia y sensibilizar a las personas a nivel mundial sobre la importancia e influencia del clima, así como el impacto del cambio climático sobre el hombre.