Cuba.- El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, convocó a los líderes de países integrantes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) a intercambiar experiencias y coordinar el trabajo para enfrentar los efectos económicos y sociales de la COVID-19.
En su intervención durante la Cumbre Virtual del organismo, el mandatario cubano expresó que urge la cooperación y la solidaridad ante la crisis multisectorial, en particular en el ámbito económico, que amenaza tras la expansión del virus SARS-CoV-2 en la región y el mundo.
Nadie duda que quienes sufrirán más las consecuencias son las naciones del sur, en particular aquellas que enfrentan medidas coercitivas en el contexto de un orden internacional injusto que compromete su desarrollo, denunció el jefe de Estado cubano.
“Ofrecemos brindar asesoramiento para el enfrentamiento nuevos retos en el campo epidemiológico y ponemos a disposición de los países del ALBA, al instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí como consultor en esta materia”, indicó el mandatario.
Cuba mantiene la voluntad de impulsar y ampliar la colaboración en el frente de la salud pública en la alianza, subrayó.
“Debemos identificar las potencialidades de cada uno en función de la integración económica y regional que prioricen la complementariedad produciendo cada país lo que le resulte más competitivo e intercambiar bienes y servicios”, dijo.
En este contexto, el mandatario rechazó los efectos del cerco económico y financiero de Estados Unidos por atentar contra el desarrollo de naciones como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
“Desde principios de año asistimos a una dolorosa clase de economía política global cada vez que cerraron los puertos, cada avión que no encontró pista para aterrizar, cada especulación financiera para obtener medicamentos o medios de protección que todos necesitan”, denunció.
Esta política, dijo, es una expresión de egoísmo e injusticia de un sistema cuyo único fin es enriquecer minorías a costa del sufrimiento de las mayorías.
“Por más que se prevé una afectación global, nadie discute que quienes sufrirán más las consecuencias de la crisis son las naciones del sur”, enfatizó.
Estas cargan el pesado lastre del subdesarrollo, el endeudamiento y las medidas coercitivas unilaterales, impuestas en el contexto de un orden internacional injusto que compromete el desarrollo sostenible de sus pueblos.
En el encuentro, convocado el pasado 27 de mayo por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, los representantes de los países miembros se reúnen en esta ocasión para trazar una estrategia centrada en proceso de recuperación y reconstrucción económica y social post-pandemia.
El ALBA-TCP, constituido por Antigua y Barbuda, Cuba, Dominica, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, y Venezuela, sobresale actualmente como el primer mecanismo de integración latinoamericano, basado en principios de solidaridad, integración regional, colaboración e intercambio entre sus estados miembros.
Desde su fundación, el 14 de diciembre del 2004 en La Habana, por los entonces presidentes de Cuba y Venezuela, el Comandante en Jefe Fidel Castro y el Comandante Hugo Chávez, respectivamente, los logros sociales del ALBA-TCP han estado dirigidos al ser humano, más allá de su raza, credo o vocación política.