La Habana.- El Centro de Inmunología Molecular (CIM) trabaja en la obtención de un antagonista de la interleuquina 6, producto que podrá ser empleado en inhibir la llamada “tormenta de citocinas”, reacción descontrolada del sistema inmune que agrava la respuesta de pacientes con COVID-19.
Según explicó en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias, Tania Carmenate Portilla, jefa del departamento de Inmunorregulación del CIM, el proyecto se encuentra en fase inicial.
Hoy cuando los protocolos de tratamiento aún no son certeros, varios países han empleado anticuerpos contra la interleuquina 6, con determinados resultados hasta el momento.
Es imposible obtener productos biotecnológicos en el corto periodo de tiempo de transcurso de la pandemia, pero es útil el desarrollo de este y otros fármacos que han demostrado su eficacia parcial, ahondó la doctora en ciencias.
Asimismo resaltó que el departamento que dirige concibió el medicamento, en su inicio, para tratar inflamaciones crónicas asociadas a enfermedades cancerígenas, una de las principales líneas de investigación y producción de la institución biotecnológica.
Como disponíamos de algunos de los reactivos y técnicas para el trabajo, precisó, decidimos acelerar la línea de investigación en la obtención de antagonistas, que podrán ser, finalmente, un fármaco propio del Centro o un biosimilar.
Al igual que otros laboratorios del CIM, el de Inmunorregulación, perteneciente a la dirección de Investigaciones, desarrolla productos empleados en el tratamiento de padecimientos no transmisibles de tipo autoinmune.
Tres de los fármacos que conforman el protocolo cubano para el tratamiento a la COVID-19 son elaborados por el Centro de Inmunología Molecular: el anticuerpo monoclonal Itolizumab, creado para combatir leucemias y linfomas; la eritropoyetina humana recombinante, de probada eficacia en personas con insuficiencia renal y, por último, el factor generador de células madre LeukoCIM. (Daniella Pérez Muñoa/ ACN)