Según fuentes históricas, la música de marcado aire de marcha militar fue interpretada como parte de una ceremonia religiosa a la que asistieron las principales autoridades coloniales.
La interpretación de la pieza estuvo a cargo del músico Manuel Muñoz Cedeño, quien además la instrumentó a petición de Figueredo.
El gobernador militar de Bayamo, coronel Julián Udaeta, notó el aire de marcha guerrera de la música, pero no pudo hacer algo al respecto.
Cuatro meses después, el 20 de octubre, a días de iniciada la primera de las guerras por la independencia de Cuba, los bayameses cantaron la letra de lo que a la postre sería el Himno Nacional.