En Pozo Salado, al noreste de Jobabo, la pequeña finquita de Yodi Carreño sobresale, y no es que produzca más o menos que otros campesinos de la Cooperativa, sino que sus dotes de ingeniero le dejan las puertas abiertas a hacer una agricultura mas rentable.
La vida del joven campesino no queda en esos cuatro surcos, también fomenta la solidaridad y cooperación con el resto de los productores, y su mayor orgullo, que sus hijos se sienten a gusto en el campo.
Yodi hace once años que trabaja la tierra directamente como campesino. Su titulación de ingeniero agropecuario le ha servido para innovar y producir más, y sí que lo ha hecho, su pequeño pedazo de tierra no descansa, casi todo el año está sembrado y los rendimientos de sus cosechas parecen sobreponerse a todos los contratiempos.