Jobabo.- Agosto, uno de los meses que tradicionalmente han sido más productivos de la zafra lechera este año quedó en una cifra inimaginable para las potencialidades pecuarias de Jobabo. Sólo se extrajeron 139 mil litros de un plan de 622 mil, es decir que ni siquiera se llegó a un cuarto del total de lo programado.
Esta cifra incumplida, lógicamente afectó el resto del planeamiento de ventas y acopio de leche para la industria, el comercio y otros programas sociales, llegando a estos destinos unos 132 mil litros lo cual promedia a unos 4 mil 200 litros diarios, cantidades insuficientes para cubrir la demanda incluso del municipio causando inestabilidades en el consumo social y afectando las dietas médicas.
Los acumulados son alarmantes, para esta fecha de años anteriores el municipio siempre se ubicaba entre los tres primeros de la provincia en cuanto a producción lechera, sobrepasando los dos millones y medio de litros, y ahora, al cierre del octavo mes del año solo se acumulan 590 mil, poco más del 25% del plan.
Así se torna el panorama del principal programa pecuario en Jobabo, cuya inestabilidad se ha mantenido durante todo 2023, señalando los especialistas que además de ser el peor calendario al menos en el último decenio, no se vislumbran signos de recuperación inmediata debido a que las causas de los incumplimientos no han sido resueltas y se avecina el periodo seco, en el cual por cuestiones naturales decae la producción y la entrega.
Lo que más influye además del rendimiento por vaca, situado en menos de dos litros y medio al día, e incluso menos si se tienen en cuenta los promedios durante todo el año, es la fluctuación diaria que existe en la producción la cual denota, de acuerdo con los análisis realizados en el sector agropecuario, insuficiente control y seguimiento a las bases productivas y los tenedores de reses, y serios problemas en el manejo de la masa bobina.
Por otro lado, aparecen las incongruencias en la contratación, que actualmente se rigen por la individualidad productor-comercializador y se salen de la anteriormente empleada entre las entidades comerciales directamente con las cooperativas, algo que para 2024 debe revertirse.
La baja productividad en el programa lechero en Jobabo también está completamente a cuestas del sector cooperativo y campesino, pues la totalidad de lo que se produce y entrega viene de las CCS, CPA y UBPC, mientras que la Unidad Empresarial de Base Integral Agropecuaria no aporta un solo litro ni tiene unidades pecuarias dedicadas al ordeño.