Los gastos las acciones preventivas de la COVID-19 en Jobabo, solamente en la atención a pacientes y manejo en el sector de la salud, superaron los tres cuartos de millón de pesos, una cifra considerable teniendo en cuenta que durante el periodo epidémico no se registraron casos aquí, pero al mismo tiempo necesario desde la prioridad operativa.
Ello da la medida del costo elevado que tiene el aseguramiento de la atención médica y otros servicios complementarios a cargo del presupuesto del estado, lo cual se hubiese triplicado de aparecer pacientes positivos en la etapa epidémica.
Específicamente se gastaron 769 mil 400 pesos entre marzo y septiembre en el quehacer sanitario, presupuesto que cubrió alimentación de personal médico y pacientes, transporte de equipos de contención y sospechosos, energía, acondicionamiento y mantenimiento de los sitios que se emplearon como centros de aislamiento, y otras acciones de manejo.
Un presupuesto alto estuvo destinado a cubrir el salario de las personas vulnerables en casi todos los sectores, muchas de ellas liberadas de su centro de trabajo para protegerse o proteger a sus familias, además de necesidades claves que se tuvieron que asumir en las comunidades para la asistencia social, la cobertura alimentaria a personas de muy bajos ingresos y la compra de aseso para poner barreras de contención en todas las instituciones públicas.
Si bien el gasto fue considerable, y el empleo de los centros de aislamiento fue uno de los factores que incidió en el presupuesto y que en gran medida posibilitó reducir las vulnerabilidades ante la cantidad de personas que llegaban al municipio desde sitios donde sí estaba presente la enfermedad, así Jobabo tuvo la garantía de que en esa etapa no se registraron casos de COVID-19 y los riesgos epidemiológicos fueron mínimos comparados con otros municipios de la provincia y el país.