El mayor problema de la producción porcina aquí y en casi todo el país, salvo algunas excepciones, es que se ha hecho dependiente de las importaciones, y cuando se calcula el costo, no da la cuenta, desangra la economía por todas las partes, y cómo es lógico, se ven estos altibajos que no resuelven la demanda de carne en la población.
Es curioso (y lo digo porque generalmente uno lo ve de una manera jocosa) que ya los cerdos de estos tiempos no comen palmiche, hacen resistencia al salcocho y tienen que tener un sistema de alimentación más riguroso que el propio ser humano. Bueno, a eso lo hemos adaptado y nos hemos hecho la idea que sin un saco de pienso, no hay puerco que engorde. Pero ya eso es un tema a tratar más adelante.
En concreto, que, con respecto a etapas más complejas económicamente, hemos retrocedido en la capacidad de generar un alimento clave del que se sirve más del 95 % de la población casi a diario, o servía hace un tiempo, porque ya no aparece, y la justificación es esa, no entra pienso y no se puede criar.
Y en ello sí desde el sector agropecuario ha habido un mal pleneamiento después de decenas de errores que acabaron con tantas cochiqueras que tenía este municipio.
El primer problema es ese, ya aquí las unidades agropecuarias no se enfocan en producir cerdos a gran escala, pues lo ven como un compromiso incumplido de antemano, y parte de ese temita no menos complicado, la comida. Solo un puñado de productores ven con buenos ojos la necesida de asegurar la comida de sus animales, el resto queda a expensas del pienso industrial.
Pero, es que la alimentación se puede producir… aquí se da muy bien la soya, el sorgo, el maíz, ¿cuánto desecho genera la industria del arroz en otros territorios (y aquí, en la zona sur de da muy bien el arroz), cuantos palmares quedan en pie que pueden aprovecharse mejor?
Hoy los porcicultores, la mayoría usufructuarios del sector campesino que tienen cochiqueras se les exige producir más de las tres cuartas partes del pienso por su cuenta, y a algunos les funciona, pero lo ideal sería que campesinos, agricultores, tanto privados como estatales, pensaran con mentalidad de cambio, generaran a partir de cultivos claves esos piensos, tal vez con mejor calidad y más nutrientes que esos que llegan del exterior, y a quienes tienen las cochiqueras les pudieran servir un pienso de factura local.
Eso se llama articulación o encadenamiento productivo, del que muy bien las cooperativas y unidades agropecuarias estatales pudieran servirse y servir la tan consumida, pero escasa carne de cerdo con la sostenibilidad que se demanda.