Las Tunas.- Lograr una correcta distribución de productos agrícolas para que lleguen directamente a la población y al consumo social, es el reto mayor de los comités de contratación y concertación de precios en los ocho municipios de la provincia de Las Tunas, que son los que deciden el destino de esos alimentos.
Es cierto que por las deficiencias del sistema de la agricultura en el territorio existen atrasos en la contratación de 2024 con los más de 22 mil 125 productores, los cuales deben aportar 122 mil toneladas de alimentos y solo están bajo convenio poco más de 120 mil, pero de nada vale que se llegue a esa cifra si no se le da el destino que requiere y las producciones se desvíen hacia intermediarios y revendedores que imponen sus altos precios.
La empresa de Acopio solo tiene contratado un bajo porcentaje de lo que se produce, lo cual se debe en primer lugar a las deudas a los productores y a los pocos volúmenes de alimentos que recibe, por las debilidades a la hora de determinar hacia dónde van las cosechas, por lo que esa entidad tiene muy pocas posibilidades de abastecer a la red de mercados estatales y los puntos de venta asignados, además del consumo social.
Uno de los objetivos del sistema de la agricultura en la provincia es rescatar el papel de Acopio para además de asumir el abastecimiento de la red de mercados sirva como entidad mayorista para puntos de venta y carretilleros y así eliminar la cantidad de intermediarios que intervienen en el proceso, causantes en buena medida de los altos precios que prevalecen.
En lo que va de año se han dejado de producir altos volúmenes de viandas, la leche se incumple al igual que la carne.
La situación también se agrava por la cantidad de usufructuarios que recibieron cientos de hectáreas y un alto número de ellas permanecen vacías, lo que atenta contra el potencial a la hora de la contratación.
En la agricultura urbana hay un grupo de unidades productivas que no honran sus compromisos, y hay todo un trabajo para rescatar esas producciones a partir perfeccionar sus formas de gestión, y lograr mayor sentido de pertenencia en algunos lugares, y el propósito es llegar a los 20 metros cuadrados sembrados por habitante de la provincia, con lo cual se garantizarían esos alimentos frescos, fáciles de adquirir en las propias ciudades y pueblos, y aumentar la calidad de vida del pueblo, para lo cual también se avanza en la creación de nuevos organopónicos.
Aun con el fortalecimiento de las estructuras de la agricultura y la reorganización de las 160 cooperativas de producción agropecuarias y de créditos y servicios a partir del perfeccionamiento de sus juntas directivas y el traspaso de las empresas agropecuarias hacia los consejos de la administración de los municipios, el 2024 no aporta todo lo que se esperaba en la producción de alimentos, y eso hay que cambiarlo.