El periodo de sequía está a menos de dos meses y no se ha garantizado estabilidad en el programa de siembra de pastos y forrajes destinados a proteger la ganadería, insistieron directivos y especialistas de Veterinaria en Jobabo, al ser precisamente la falta de alimentación estable uno de los mayores problemas por lo que atraviesa el sector pecuario en esta localidad.
Ello se traduce en un serio problema de salud para los bovinos, pues entre las principales causas de mortalidad en los últimos cinco años, y especialmente en la etapa diciembre – mayo de cada calendario, se presentan la desnutrición, el parasitismo y la anemia, significando alrededor de un tercio de la totalidad de las reses dadas de baja.

El promedio anual de animales depauperados supera las 1500 cabezas anualmente, conduciendo a otras patologías que ponen en riesgo la estabilidad de la masa, precisó Addabelis Zamora Milanés, jefa del servico veterinario en Jobabo, quien asegura en estos casos no se trata sólo de la exigencia de los facultativos y de la aplicación de contravenciones, sino de actuar de manera preventiva, y en ello desempeña un papel significativo el propio Grupo Ganadero del municipio y las juntas directivas de las unidades agropecuarias.
Recomiendan en especial la siembra de plantas proteicas resistentes al período seco como las diferentes variedades de kingrass, morera, tictonia, moringa y caña, siendo esta última la más diseminada en algunas áreas, pero que en promedio general tomando como referencia la cantidad de tenedores de reses, en todo Jobabo no se alcanza siquiera la media hectárea por propietario.
Desde el grupo ganadero confirman que si bien hay buenas experiencias en casi todas las cooperativas, de forma aislada, la correspondencia cantidad de animales contra terrenos plantados de forrajes no es equivalente en la mayoría de los casos, prefiriendo por lo general el pastoreo en zonas de maleza lo que conduce a frecuentes intoxicaciones y estrés en los animales, cuyo rendimiento bajo se aprecia en las actuales entregas de leche y carne a la industria.
Por otro lado aparece la falta de recursos destinados a la ganadería y su alimentación como son los combustibles para la preparación de terrenos destinados a los forrajes y el tiro de agua, y la sal, imprescindible en la dieta periódica de las reses.