Las Tunas.- El sector agropecuario es uno de los más lastimados por el bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos impuso a Cuba en febrero de 1962 y que se ha recrudecido en los últimos años, con restricciones añadidas para hacer claudicar al gobierno y la población.
Su vigencia durante más de seis décadas ha afectado notablemente la producción de alimentos y esa política hostil acorrala las posibilidades de exportar determinados renglones y encarece la importación de los que no se pueden producir aquí, además de valiosos recursos materiales.
En la provincia de Las Tunas se incumplen los ocho programas agrícolas, los siete encargos estatales y las cuatro producciones pecuarias. Detrás hay negligencias de los tenentes de tierra- privados y estatales- y falta de control de los dirigentes. Pero, una alta cuota depende de la medida genocida establecida por Washington.
Para ejemplificar lo expuesto, aquí dejamos una muestra de los perjuicios ocasionados a la agricultura, la ganadería, el desarrollo tabacalero y otras actividades que, aunque ocurren en todo el país, son evidentes en el territorio tunero y en la vida cotidiana de sus residentes.
– Cuba no puede exportar al norteño territorio sus productos líderes, dígase los tabacos, la miel de abejas y el carbón vegetal, así como frutas tropicales frescas. Tampoco, el producto biológico Vidatox-30 CH, del Grupo Empresarial Labiofam, con demostrada eficacia en el mejoramiento de los pacientes que padecen cáncer.
– La carencia de piensos o de algunos de sus componentes, impacta directamente en la crianza de cerdos y gallinas ponedoras y esa situación ha provocado una drástica disminución de la producción de huevos y de la carne porcina, una de las más gustadas entre los cubanos.
– Faltan fertilizantes, fungicidas, herbicidas y productos químicos para el control de las plagas en las áreas tabacaleras, arroceras y de otros cultivos especializados. A la vez, se hace difícil la adquisición de semillas de papa, pimientos, zanahoria, cebolla y otros renglones.
– La inestabilidad con la compra de combustible- y la persecución a los barcos que lo transportan- afecta la roturación de tierras, el riego de los sembrados, la cadena de transportación y comercialización de las cosechas, el traslado del ganado al matadero y la recogida de la leche.
– También se dificulta el acceso a tecnología de punta con la que se impulsaría el desarrollo agropecuario, como cosechadoras, segadoras, tractores y sus implementos, máquinas de regadío, paneles solares, básculas, metales y electrodos y varillas para soldar.
– No son suficientes los medicamentos de uso veterinario, las jaulas para aves y conejos, el nitrógeno que requiere la inseminación artificial y otros insumos como machetes, limas y guantes. A eso se añaden los problemas para acceder a créditos bancarios y a los intercambios científicos.
De manera general, el bloqueo constituye el principal obstáculo para el desarrollo del sector agropecuario en Cuba y sus impactos negativos repercuten en toda la sociedad. Frente a dichos inconvenientes se aplican métodos tradicionales, útiles en pequeños espacios pero que limitan los rendimientos que requiere el país.