Jobabo.- La comercialización de alimentos no solo tiene que ver con la agilidad mental que se percibe por estos días para zancajear lo poco que sale del campo, sino de un planeamiento a corto, mediano y largo plazo en zonas con potencial.
Hoy se visitó Pozo Salado, al noreste de este municipio del sur tunero, donde hay agua en reservas, buenas tierras y gente dispuesta a trabajar ¿Qué falta? Un empujón rápido a las cooperativas, con exigencia y recursos. En esa línea de trabajo se enfocaron los principales dirigentes de la provincia y el municipio allí.
A pie de surco, en diálogo directo con decisores, campesinos, dirigentes de cooperativas… valoraron una serie de elementos que demuestran qué se puede hacer en esa otrora zona platanera para devolverla a sus mejores años productivos y hacer que cambie el panorama, o más bien, hacer que cambie ese paisaje cubierto de marabú por sembradíos.
De momento, se vio interés en darle valor de uso a las micropresas que hay en el área, todas con capacidad suficiente, y ponerlas a disposición para recuperar los cultivos varios en unas 200-300 hectáreas repartidas entre la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Melanio Ortiz I y la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Melanio Ortiz, esta última con menos de un cuarto de su patrimonio en plena explotación.
La idea inicial, o el punto de partida, es evaluar la cantidad de tierra existente alrededor de las micropresas y entregarlas en usufructo, pues ahí la media de extensión por campesino no rebasa la caballería, sin embargo, se plantea que tienen capacidades para explotar mayores terrenos, e incluso, incorporar a más personas como finqueros.
Esa mirada deja ver que hay voluntad en los campesinos, por lo que el propio Delegado de la Agricultura en la Provincia, Omar Pérez, indicó hacer los cálculos necesarios, pues no hay ningún problema en entregar la cantidad de terrenos que se demanden.

Lo que demandaron los campesinos de Pozo Salado en recursos fue aprovechar la electrificación existente en la zona y que se les entregue sistemas de riego, algo que parece tener una respuesta a partir de los fondos de un proyecto internacional que debe apoyar un tanto con equipos para hacer una agricultura sostenible.
Se habló un poco de las potencialidades de las dos cooperativas en lo referente en las viandas, y se destacaron los altos rendimientos en la Fruta Bomba, cultivo que puede generar un valor agregado notable con una minindustria aprovechando las instalaciones de la antigua escuela Menanio 5.
El itinerario incluyó la finca de los hermanos Iván e Inaldo Barbán, quienes han logrado transformar un macizo marabuzal en un área productiva integral de alto rendimiento, que incluye cultivos varios y una buena experiencia en el manejo ganadero.
En este sitio, cercano a Las Tablas, los dos jóvenes han logrado que el rendimiento de la leche supere la media provincial para esta etapa de sequía, aportando con 33 reses en ordeño más de 120 litros de leche diariamente. Todo ello gracias al mejoramiento genético y el acuartonamiento del ganado en áreas de pastoreo con suficiente comida.