Más de ocho millones de pesos invertidos en infraestructura y tecnología desde 2019 hasta lo que va de 2022 no parecen ser suficiente para echar a funcionar la principal obra que complementa la industrialización de la producción agrícola jobabense, la tan mencionada por estos días Fábrica de Procesamiento de Frutas y Vegetales, un ¨monstruo¨ con capacidad suficiente para no dejar perder más cosechas e incentivar a que se expriman al máximo las potencialidades en más de una docena de renglones claves de la agricultura local.
Esta inversión, anunciada en 2018 y que vendría a sustituir la anterior minindustria de conservas instalada aquí en 2014, ha cambiado de fecha de inauguración en unas cinco ocasiones, con plazos extendidos dos o tres veces cada año desde que se comenzó a construir, ahora, finalmente solo le faltan detalles en la parte constructiva y espera por tres entidades ajenas al sistema de la agricultura que deben obligatoriamente participar en el montaje tecnológico.
De acuerdo con Alcides Morales Meriño, responsable de la ejecución de la obra, explicó que de la parte constructiva solo falta completar el sistema de evacuación de residuales para el cual necesitan unos 300 metros de tuberías, están trabajando en la terminación de la cisterna de agua potable, algunos elementos de carpintería y alrededor de tres mil bloques para la cerca perimetral.
«La parte que va faltando es que entre la gente de SEISA para el aterramiento, los pararrayos, que vengan los especialistas de ALASTOR para montar la caldera, y los de la Varona para el montaje de toda la tecnología de procesamiento, que entraban esta semana, pero tuvieron otras prioridades en Matanzas y deben venir en la primera quincena de abril» confirma Morales Meriño.
En el último trimestre de 2021, aunque faltaban todos estos detalles constructivos a los que se refiere el responsable de la obra, se pensaba que los especialistas ya tendrían toda la tecnología lista para procesar, e incluso, ya se hablaba de inaugurar la fábrica el 30 de diciembre, sin embargo, desde el propio 2019 todos los plazos constructivos y de montaje se han ido corrigiendo, incumpliéndose el compromiso de una inversión ágil, que al ritmo actual corre el riesgo de seguir halando dinero de las cuentas empresariales. .
Precisamente en una visita efectuada para chequear la obra en julio de 2019, se informaba a las principales autoridades locales y provinciales que las acciones constructivas estaban a un 50% del cronograma y que a ese ritmo para septiembre estarían a un 80%, pues la idea era que en diciembre todo estaría listo para inaugurar, pero, todo comenzó a enlentecerse hasta el punto que aún ni se ha completado la parte constructiva ni se ha realizado el montaje.
En fecha tan temprana como el 3 de julio de 2020 ya la mayor parte de esa tecnología suministrada por la Empresa Varona estaba almacenada en las instalaciones principales donde se deben instalar.
En marzo de 2021, ya se informaba a la prensa que todo estaba listo para el montaje tecnológico, algo que confirman diversas publicaciones de medios provinciales y declaraciones ofrecidas a Radio Cabaniguán por directivos de la Empresa Integral Agropecuaria Las Tunas, encargada del proyecto.
Plazos y más plazos
Lo de los plazos para cumplimentar las acciones de montaje parecen el cuento de la buena pipa, pues el 27 de mayo de 2021, en entrevista ofrecida por Juan Velázquez, inversionista de la Empresa Integral Agropecuaria Las Tunas, además de relacionar todos los aspectos que habían influido en el retraso ejecutorio, aseguraba que ya se habían coordinado una serie de aspectos que influían y la próxima semana, es decir, en los primeros cinco días de junio, entrarían los especialistas de SEISA a hacer el soterrado de los pararrayos y en el momento que estuviera el soterrado ya entrarían los de la Empresa Varona.
Audio de la entrevista ofrecida por Juan Velázquez el 27 de mayo de 2021
Si bien, desde el propio 2020 los materiales de la construcción estuvieron complicados, incluso con el ordenamiento en 2021 los precios se elevaron, según Juan Velázquez. Tanta demora pone en duda las prioridades de esta inversión clave en la industrialización del municipio.
Además de todo el atraso, algo muy preocupante es que al parecer los plazos se van acortando y si dentro de dos o tres meses estuviera lista la fábrica no están definidos aun la forma estructural que regirá, es decir, si será una Unidad Empresarial de Base, un centro de costo, una Mipyme o cualquier otra forma de gestión, ni tampoco se tiene bien definido el estudio de personal, a los cuales necesariamente hay que capacitar adecuadamente para operar una tecnología moderna y costosa.
Hay más preocupaciones entre no pocos jobabenses, algunos vinculados a la agricultura, que viendo los malos ejemplos de funcionamiento empresarial en los últimos años aquí, no consideran que sea prudente que esta fábrica arranque sin la autonomía necesaria y ligada a una entidad agropecuaria mutilada por ineficiencias, lo cual pudiera hacerle meya en la operatividad financiera a corto y mediano plazo.
Lo otro, y que con claridad expuso Morales Meriño, es que al arrancar la fábrica se necesitan al menos dos medios de transporte propios con buena capacidad de carga que les permita no depender de terceros para asegurar la búsqueda de materias primas, y otro vehículo ligero para las gestiones contractuales.
Todo lo que resta es que la obra civil no se continúe extendiendo y que las empresas comprometidas con el montaje no sigan alargando sus plazos, pues, ya son dos años y medio de ejecución de lo que se pensaba sería una inversión relámpago.
Cada mes que transcurre los gastos se elevan a un ritmo que va entre los 20 mil y 30 mil pesos solo por concepto de salarios, mientras que la entidad a cargo de operar la fábrica, una vez se concluya, deja de percibir ganancias que se calculan entre dos y tres millones mensuales, algo que le caería muy bien al deficitario presupuesto municipal.