Son 18 meses de enfrentamiento a la COVID-19 en nuestro territorio nacional, en el que las enseñanzas han sido muchas y la lección más sensible e importante de todas es que los niños sí enferman. Además, pueden tener complicaciones, quedar con secuelas o morir; por lo que depende de la familia proteger cada vez más, la infancia y conducir los estilos de vida hacia el autocuidado.
Preocupantes resultan las cifras de contagios con el virus en Jobabo durante el mes de agosto y lo transcurrido de septiembre entre la población pediátrica, las cuales sobrepasan los 88 menores diagnosticados en toda la pandemia, por solo citar los de la primera infancia de 0 a 6 años de edad.
Las estadísticas apuntan un notable incremento. Si bien los meses de enero y febrero no se reportaron menores de edad contagiados con el nuevo coronavirus, en los primeros quince días de septiembre ascendían a 53; muchos de ellos, apenas tienen pocos días de nacidos.
Desde el mes de marzo del 2021 hasta la fecha, más de 200 menores de 18 años han enfermado, pero hasta ahora el municipio no ha reportado ningún fallecido en edad pediátrica, resultado que se debe en gran medida, al protocolo de actuación con una atención médica personalizada acorde a las necesidades.
El personal de la salud realiza un trabajo minucioso para prevenir lesiones secundarias relacionadas con la infección, a través de la vigilancia ante los signos de alarma y la aplicación precoz del tratamiento, además de ser trasladados hacia instituciones de Salud en la cabecera provincial. Nuestros infantes, en general, pero particularmente los niños más pequeños, son un grupo de población que puede ser protegido, pues dependen de los adultos. Cada miembro de la familia debe concientizar que protegerse y así protegerlos a ellos, es la única manera de no colocarlos en situación de vulnerabilidad ante el SAR-CoV-2.
Atención del Programa Materno Infantil a niños contagiados.
Ailen Gutiérrez Téllez, asesora municipal del Programa de Atención Materno Infantil(PAMI), asegura que hay que reforzar una serie de medidas dirigidas fundamentalmente a la familia en materia de cuidado «evitar las salidas innecesarias de las madres con niños a lugares donde exista aglomeración de personas, solo hacerlo a consultas con el personal de salud, evitar el contacto de los infantes con personas ajenas a la familia, con infecciones respiratorias, el lavado frecuente de las manos de los padres, mantener la residencia bien ambientada, con buena higiene ya que los niños son nuestra razón de ser pero la familia debe garantizarle las medidas de bioseguridad y de presentar algún síntoma respiratorio, diarreas agudas, noten somnolencia o decaimiento en el niño, acudir de inmediato a nuestros servicios de salud»
Esto lo confirma la responsable de pediatría en la consulta de IRA que se ofrece en el mayor centro asistencial del municipio, Yaimara Machado Vázquez. «Lo más importante en esta etapa es no recibir visitas, mantener el uso del nasobuco los padres y familiares, la higiene, el lavado de las manos, ya que cuando el niño nace queremos presentarlo a familiares y amigo, pero en este momento no es posible, ya habrá espacio para ello cuando ganemos esta batalla, pero para ganarla hay que cumplir con lo establecido».
Para las madres que lactan no es nada fácil asumir el uso correcto de la mascarilla con un bebé en brazos, acerca de esta práctica, refirió «realmente es una de las barreras que tenemos en nuestra mente, cuando las personas me dicen es que no me veo dándole el pecho al niño con un nasobuco, siempre les comento que nunca pensamos pasar 18 meses con el puesto, que íbamos a practicar el teletrabajo por tanto tiempo, posponer las actividades de ocio, recreación, las clases, son cosas que no previmos por lo que el nasobuco es fundamental para lactar a los niños, en el caso de la madre, pienso que aun aunque fue algo que no previmos es algo necesario, para evitar riesgos.
Principalmente en los niños de la primera infancia, de cero a seis años, que no saben protegerse solos, no tienen percepción del riesgo, razón suficiente para su máxima protección en esta etapa de la vida.»
Se considera que una forma importante de proteger a estos niños es a través de la lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes y complementada con otros alimentos saludables hasta los dos años y más, para protegerlos como ellos se merecen.
Al respecto comenta la doctora «las madres jobabenses ya fueron vacunadas contra la Covid-19, es necesario brindarle la leche materna porque a través de ella le está transmitiendo anticuerpos contra esta terrible enfermedad, es una forma de brindar amor, vida y salud a nuestros niños»
En el contexto actual se deben cambiar las dinámicas familiares «recordar que no solo a través del beso le damos amor a nuestros hijos, podemos crear juegos, realizar ejercicios, leerle un cuento, cantar, hacer dibujos, siempre teniendo en cuenta las medidas de protección de ellos y de nosotros», agregó.
Llevarlos a las consultas médicas es importante para nuestros niños «garantiza la salud integral del bebé, aunque al regresar a casa hay que tomar todas las medidas como retirarle la ropa, si es necesario darle un baño y continuar adoptando las medidas higiénicas sanitarias en el hogar».
La familia debe conocer para poder identificar cuáles son los signos de alarma ante el empeoramiento de las infecciones, «la fiebre alta y mantenida, vómitos, diarreas, falta de aire, un llanto persistente, rechazo a los alimentos son solo algunos de los síntomas y signos que indican que pudiera empeorar el pronóstico de su niño, ante ellos acudir de inmediato a un centro asistencial», explicó la doctora.
Aunque en Jobabo ya inició el proceso de vacunación a partir de los 2 años y hasta los 18, es importante seguir cuidando a los niños, fundamentalmente en los 2 primeros años de vida que están en espera de su vacuna, que es una manera de proteger su salud contra el peligroso virus.
Queda demostrado que los niños también se contagian con la COVID-19, si no somos responsables y descuidamos las advertencias sanitarias. Los pequeños deben permanecer en su habitación la mayor parte del tiempo y solo salir de su casa para asistir a consultas médicas o ser vacunados. Evitar las manifestaciones afectivas como cargarlos, abrazarlos y besarlos por los que no sean sus padres, porque estos incluso deben usar todo el tiempo que estén en su presencia el nasobuco y realizar un adecuado lavado de manos antes de estar en contacto físico con el niño.
Desde la experiencia de una madre
La jobabense Dailenis Guerra Pérez de 28 años de edad tiene un bebé de solo seis meses de vida, víctima de la COVID-19. Desde el momento de gestación fue un niño muy deseado, pero con múltiples complicaciones durante su formación, dando a luz con solo 32 semanas de embarazo lo que los conllevó a permanecer en el hospital provincial Ernesto Guevara de la Serna por 4 meses.
«Cuando enfermamos de Covid fue un proceso muy duro, ya el niño se estaba recuperando del peso que nació con solo dos libras, al enfermar tenía once. Nunca nos dimos cuenta que tuviera el virus porque no manifestó síntomas alarmantes. El niño es muy alegre, hiperactivo y se mantuvo con la misma energía en el transcurso de la enfermedad»
«Nos dimos cuenta porque mi papá comenzó con síntomas en casa, nos preocupamos porque en su trabajo ya había personas diagnosticadas positivas y enseguida me trasladé para la casa de los otros abuelos del niño, buscando su protección» Comenta la madre.
«Fue algo impactante cuando mi suegra comenzó con síntomas también, ya que ella cargaba al niño, jugaba con él y se le confirmó. Ese mismo día el niño comienza a vomitar lo que me resultó extraño porque no lo hacía con esa intensidad, notándole que estaba enfermo»
«Lo llevamos de inmediato al hospital y la tira rápida le dio positiva, fue un choque muy grande, la mía negativa que soy la que más tiempo pasa con el bebé, pero fue muy duro asumir que estaba enfermo, creo que lo que tranquilizó fue su estado de ánimo, que estaba bien animadito, el ver la atención medica que fue intachable, no me puedo quejar»
«Fui trasladada para el hospital pediátrico de Las Tunas, con una atención excelente, el niño fue ubicado en la sala de intermedia por sus condiciones de ser un niño bajo peso, de mucho riesgo.»
«Desde el primer momento se tomaron las medidas con el niño, se le hizo PCR, se le comenzó a poner rápidamente el interferón, un medicamento que yo hallo que ha venido a darle un poco de paz a todos los cubanos que hemos pasado por estas situaciones.»
«Durante la estadía en el hospital teníamos un médico muy al pendiente de la evolución del niño, excelente y al quinto día al repetírsele la prueba ya era negativo, fue una tranquilidad enorme para la familia, para mí, su papá que nunca pensamos pasar por esta situación y cuidamos mucho al bebé para que no enfermara.»
«Creo que la Covid-19 ha venido a demostrarnos que debemos estar más precavidos, ninguna medida higiénica es exagerada, estamos paranoicos con la enfermedad, más al que le toca sentir que la vida de tu hijo corre peligro o de cualquier persona»
«Recomiendo sobre todas las cosas a las madres que cuiden mucho a su bebé que no teman por la protección, que cualquier cosa es mínima para asegurarle la vida, no dejar de usar el nasobuco en casa, sé que es difícil, que no estamos acostumbrados, pero si salimos a la calle y lo usamos normalmente cinco o seis horas trabajando, vamos a usarlo también en casa para proteger a nuestros menores, que al final son la alegría de la familia, son el futuro y el porvenir».
Mientras la pequeña Magela Sacha Castillo Verdecia que reside en el 6, de tan solo tres añitos de vida manifiesta cuidarse de contraer el virus, «poniéndose el nasobuco, lavándose las manos y no salir de casa» de igual manera le recomienda a otros niños que lo cumplan para evitar el contagio con la pandemia.
La solución: Cumplir con las medidas preventivas de bioseguridad
La familia juega un papel primordial en la protección de la salud y el bienestar de sus niños, no podemos pensar que ellos no se contagian con el virus y que siempre su evolución es a formas leves, por tanto, la protección debe ser mayor porque los niños de la primera infancia que es desde su nacimiento hasta los 6 años de edad dependen mucho del acercamiento y cuidado de sus familiares.
La COVID-19, es una enfermedad que sabemos puede, además de llevar a la gravedad o incluso la muerte, dejar numerosas secuelas en quienes la padecen. El hecho de que generalmente los niños cursan la enfermedad de forma asintomática o leve, y que hasta ahora en Jobabo no se reporten fallecidos, no puede constituir motivo de confianza para la familia.
El incremento de contagios en pequeños de la primera infancia constituye hoy un gran reto para el personal de salud. La inmunización entre la población pediátrica solo será en estos momentos para los mayores de dos años, de modo que es básico continuar resguardando a los más pequeños.
La lactancia materna es primordial y sobre todo mantenerla con el cumplimiento de las medidas orientadas, como usar el nasobuco para amamantar; lavarse las manos antes y después de tocar a los niños; y desinfectar las superficies con periodicidad. Cuidar a los más pequeños, es una responsabilidad de cada familiar, que contribuyan al autocuidado para hacer la vida más llevadera en el hogar, con las medidas de precaución para mantenerlos a salvo como tarea de orden.