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Bárbara Soto, tejiendo identidad y comunidad en Jobabo

Jobabo – En un mundo donde lo artesanal lucha por no ser desplazado por lo industrial, mujeres como Bárbara Soto Peña mantienen viva la tradición con sus manos y su ingenio. Desde su hogar en Jobabo, esta creadora no solo teje hilos, sino también historias, identidad y oportunidades para su comunidad.

Bárbara, madre y artesana, forma parte de ese grupo de mujeres creadoras que, con persistencia y talento, transforman su entorno. Su trabajo va más allá de lo estético: es un acto de resistencia cultural, un puente entre las raíces y el futuro.

Las manos que dan vida

Con agujas e hilos en mano, Bárbara convierte lo desechable en arte. “Uso hilos reciclados, incluso de prendas que otros botarían”, explica. Sus creaciones –zapatitos, tapetes, cobertores, manteles y muñequitas– son testimonio de una habilidad que cultiva desde joven.

“Siempre tuve la inspiración de hacer manualidades”, recuerda. Pero fue el impulso del proyecto de mujeres creadoras en Jobabo lo que la motivó a profesionalizar su pasión. Hoy, sus piezas no solo decoran hogares, sino que también generan ingresos, vendiéndose en su domicilio y algunos sábados en el mercado local.

Enseñar para perpetuar 

Para Bárbara, el verdadero valor de su trabajo no está solo en la venta, sino en compartir el conocimiento. “Mi aspiración es que quien quiera aprender, pueda hacerlo. Estoy dispuesta a enseñar”, afirma. Esta filosofía refleja el espíritu colectivo de las creadoras jobabenses, quienes fortalecen su territorio a través de la cultura.

Mujeres que tejen comunidad 

El caso de Bárbara no es aislado. En Jobabo, las mujeres creadoras son pilares de la identidad local, defendiendo tradiciones y reinventándolas sin perder su esencia. Su labor demuestra que el arte manual es más que un oficio: es un acto de amor y resistencia.

Como ella misma dice, cada puntada es un paso hacia adelante, no solo para su familia, sino para todo un municipio que se enorgullece de su cultura. Y mientras sus manos sigan dando vida a nuevos tejidos, Jobabo tendrá un pedazo de su historia asegurado en cada hebra.

 

 

 

La emoción de reverenciar a mamá

El segundo domingo de mayo no es una fecha cualquiera, es un día en que reverenciamos a nuestras madres por ser el pedestal más preciado entre las flores bellas de un jardín perfumado por el color de sus sonrisas y por el neta inigualable de su andar seguro y tierno.

Son precisamente de las madres, esos seres que se empinan cada amanecer desde lugar para regalarnos paz, amor y felicidad y para profesarnos el sentido de la vida y el rumbo de nuestro andar.

Este domingo cuando nos levantemos nuestro primer pensamiento y el beso más dulce y tierno será necesariamente para nuestras madres. Ellas que desafían cada día las adversidades de estos tiempos, los retos que imponen las circunstancias y las que promueven el sentido de la vida para que nosotros nos levantemos.

Las madres son el comienzo de la vida, la protección, la alegría y la esperanza, ser madre no significa solamente criar y satisfacer las necesidades de sus hijos, representan el amor y el apoyo incondicionales en su desarrollo como personas, basta con una caricia materna para alegrarnos el día, para marchar a nuestro destino con el compromiso ineludible de cumplir los sueños, de aportar por el futuro mejor para enaltecer el espíritu y llegar al fin a conquistar el amor, la paz y el bienestar infinito que merecen.

Si algún día faltara a mamá también faltarían las flores, se secaría el jardín que guarda el perfume y la fragancia que la acompañan siempre desde su lealtad, su pureza y su colosal actitud. También se secarían los ríos, los mares dejarían demostrar solía, el sinsonte dejaría de cantar y tú y yo estaríamos tristes, acongojados y moribundos.

El calor de una madre es irrepetible, nada se le parece ni los días, tampoco las noches ni la primavera y mucho menos el sol que abraza nuestras entrañas, pero sí se asemeja la luna que ofrece destellos, poesía y amor.

Este segundo domingo cuando todos reverenciemos a mamá será el día especial para homenajearlas con regalos, gestos y amor, pero todos los días tendremos la oportunidad de quererlas amarlas y sentir ese calor maternal que nos enaltece el alma, que nos da alegría y que nos hace latir fuerte el corazón.

Transportación de pasajeros y cargas en Jobabo mantiene signos deficientes

Jobabo. –  Las limitaciones de combustible vuelven a deprimir la actividad del transporte de pasajeros y cargas en Jobabo, proceso en el cual intervienen ómnibus y camiones, algunos de ellos con afectaciones de neumáticos y baterías.

Lo anterior dificulta el traslado de las personas hacia la cabecera provincial y los residentes en los tramos de la carretera, además de la distribución los escasos recursos de la canasta familiar normada que llegan cada mes al municipio.

No obstante, en Jobabo se buscan alternativas para asegurar el cumplimiento de los viajes de la ruta intermunicipal con, al menos, las salidas de apertura y cierre, uno de los pocos municipios que lo ejecutan debido a la ausencia del carburante, los lubricantes y piezas y agregados fundamentales.

Precisamente, tal situación delita el servicio aprobado con un medio arrendado para las rutas de Jobabito y La Canoa en días alternos que de lograrse mejoraría en gran medida la movilidad de los vecinos de esas zonas intrincadas hacia la cabecera municipal a solucionar sus necesidades y a los turnos médicos.

Otro de los asuntos que lastima la transportación de pasajeros y de cargas en la localidad está relacionada con el bajo coeficiente técnico de los medios con cuenta la Unidad Empresarial de Base de Transporte y Cargas Generales, la mayoría con largos años de explotación y con reparaciones superficiales debido a las carencias de recursos.

 

Manos Cálidas que salvan vidas.

Dígase Enfermería y se hablará de esa noble cualidad en quienes la ejercen, porque ellos y ellas saben como nadie lo que significa una mano cálida para aliviar el dolor, a la par de un medicamento, o lo mucho que consuela una palabra tranquilizadora en medio de los avatares de alguna enfermedad.  Así lo sabe la Licenciada en Enfermería de Jobabo Irania Domínguez Mesa ( La Negra) quien ha dedicado 41 años de su vida a esta labor humanitaria.

¿El sector de la salud abarca un amplio campo de ramas por qué precisamente se inclina a usted por la enfermería?

«Buenos días, yo me inclino más por la enfermería porque desde niña siempre jugábamos a la casita y siempre yo era la enfermera o la doctora. Ya pasó la primaria, la secundaria, la hice en la Hortaliza II en la Las Tunas. Cuando terminé noveno grado obtuve la carrera de enfermería, la estudié, me hice enfermera general y empecé a trabajar como enfermera general en la sala de pediatría de cirugía de niños. Allí me pasé mis dos años de servicio social en Las Tunas».

¿Cómo llega al municipio de Jobabo como enfermera?

«Yo llego al municipio de Jobabo porque me casé con un muchacho de aquí que es mi actual esposo. Una vez que llega a nuestro territorio»

¿Dónde fueron sus primeros inicios en este desempeño?

« Mi primer inicio fue en la sala de pediatría como enfermera asistencial. Luego me eligieron para que fuera la jefa del departamento y acepté. Estuve ahí cinco años de jefa de sala trabajando con los niños porque es una carrera muy bonita, una sala que toda la vida me he inclinado por los niños. Y luego salgo embarazada de mi hijo. Y por cuestiones de no pasar trabajo con mi niño me dirijo a un consultorio médico de la familia en Viet Nam, donde ahí permanecí por cinco años. Fui elegida para cumplir mi misión milagro en La Habana por seis meses. Cuando regreso continué trabajando en mi consultorio».

Sabemos que su experiencia y sabiduría ha traspasado más allá de las fronteras cubanas. ¿Qué nos tiene que decir en este sentido?

«Cuando regresé de La Habana, de la misión, por mis resultados, tuve la misión en la República Bolivariana de Venezuela 2012 hasta el 2015. Tuve vivencias muy bonitas atendiendo al pueblo venezolano. Tuve que adaptarme al sistema de vida de ellos, pero bueno, siempre trabajé y con amor y cariño al pueblo venezolano que se lo merece».

¿Algo que le haya connotado en su labor en este hermano país?

«Algo que me emocionó mucho fue que yo trabajé en un CDI en El Salvador Allende, donde ingresaban a los colaboradores cubanos enfermos. Muy triste, tuvimos muchos fallecidos, pero muchos que salvamos la vida, que llegaban muy enfermitos y con el amor, la dedicación, que trabajábamos, salvamos muchas vidas de colaboradores cubanos en nuestro país, allá en Venezuela».

 Una vez que regresa a la patria, ¿a dónde se incorpora a prestar servicio?

«Cuando llego a la patria, al mes de disfrutar mis vacaciones con mi familia, me incorporo al departamento de enfermería como asesora de hospital, donde me desempeño actualmente como jefa de enfermera policlínico hospital».

Durante su trayectoria, usted hace a alusión que había asumido como jefa de sala, ahora como asesora municipal o como jefa de departamento de las enfermeras.

¿Qué se siente ocupar cargos administrativos y dirigir a un colectivo con diferentes características?

«Ahí se suma mucha responsabilidad, amor, compasión con nuestros compañeros, porque estamos en tiempos difíciles, pero siempre dando un granito de arena, apoyamos a todo el personal de enfermería de nuestro municipio».

Usted lleva 41 años de labor como enfermera. ¿Qué puede decir acerca de su amplia trayectoria? ¿Qué siente al contribuir con sus manos cálidas y humanas a salvar vidas?

«Yo me siento muy realizada, muy conmovida porque he salvado muchas vidas y seguiré salvando vidas hasta que la Revolución me necesite».

¿Algún mensaje que quiera transmitirle al pueblo jobabense o a otros jóvenes que también se sumen o se inclinen por esta maravillosa carrera?

«Lo primero que le tengo que decir que enfermería no es cualquier carrera, sino que hay que tener amor, dedicación por salvar vidas, entrega y ser muy humano. Sabemos los tiempos difíciles, pero siempre se puede un poquito más. Y último decirle al pueblo jobabense que puede contar con el personal de enfermería que estamos en la primera línea de combate y principalmente conmigo pueden contar donde quiera, a la hora que quiera y para lo que quiera, siempre y cuando sea cosas de enfermería que uno pueda realizar. »

Heroína e inspiradora de todo aquel que sabe llamarse cubano.

 

La bandera cubana, es uno de los símbolos patrios que más ha inspirado a los de los poetas cubanos, ya sea mediante poemas, pinturas, versos, obras de diseño, dibujo, pintura, escultura, fotografía, instalaciones o videoproyecciones.

Nuestra bandera fue adoptada por la Asamblea Constituyente de Guáimaro en 1902 como bandera de la Cuba independiente, es uno de nuestros símbolos patrios que con orgullo y bravura defendemos, forma parte de nuestra cultura e identidad nacional.

Fue diseñada por el poeta Miguel Teurbe Tolón  junto a López, basándose en la historia de la visión de López. Emilia Teurbe Tolón, esposa de Miguel, cosió la primera bandera, bajo la guía y dirección de Marta Abreu , la “Patrona de Cuba”. López y Tolón, junto con José Aniceto Iznaga Borrell, su sobrino José María Sánchez Iznaga, Cirilo Villaverde y Juan Manuel Macías, decidieron el diseño final de la bandera de Cuba: dos franjas blancas, tres azules, un triángulo rojo y una estrella solitaria.

Diversas han sido las formas de rendirle tributo a tan insigne enseña, más de cien creadores de la plástica, motivados por el respeto y devoción hacia nuestro estandarte, fueron partícipes en el año 2016 de una exposición efectuada en el Pabellón Cuba bajo el nombre ¨ Fuerza y sangre ¨, tal es el caso de Roberto Fabelo, Manuel Mendive, Nelson Domínguez, René Francisco, Alicia Leal, Joel Jover, Agustín Bejarano, Flora Fong, Manuel López Oliva, Nelson Ponce, Ever Fonseca, Raúl Corrales y Osvaldo Salas, muchos de ellos premios nacionales de Artes Plásticas.

Otros artistas como Michel Mirabal y Máisel López Valdés también han expuesto obras sobre esta insignia, este último realizó un mural en el año 2018 que está localizado en la comunidad de Los Pocitos, Marianao donde se simboliza una niña con una bandera levantada y de ella brotan cientos de mariposas.

En el año 2021 se habló en un trabajo realizado por Jorge Camacho el 7 de diciembre del propio año, en la página HYPERMEDIA, de un  poema encontrado que se figura que sea de nuestro apóstol José Martí, titulado ¨Mi bandera cubana¨ , la fecha de esta poesía en el libro Los mártires de la libertad coincide con la fecha de publicación de la obra “A mis hermanos” y el subtítulo: muertos el 27 de noviembre, señaló además que Martí es la figura que domina en esta colección de poemas y que en la fecha en que Muñoz García lo publica, 1900, muy pocos conocían la obra general del cubano.

Este 5 de mayo se cumplieron 126 años de la publicación en el periódico matancero Cuba, del poema Mi Bandera, muy conocido por todos los cubanos, nacido del doloroso sentimiento experimentado por el poeta Bonifacio Byrne, al ver la enseña de Estados Unidos junto a la cubana. Estos versos estuvieron incluidos en el libro Lira y Espada, impreso en 1901 en La Habana.

Mi bandera

Al volver de distante ribera,
con el alma enlutada y sombría,
afanoso busqué mi bandera
¡y otra he visto además de la mía!

¿Dónde está mi bandera cubana,
la bandera más bella que existe?
¡Desde el buque la vi esta mañana,
y no he visto una cosa más triste… !

Con la fe de las almas austeras,
hoy sostengo con honda energía,
que no deben flotar dos banderas
donde basta con una: ¡la mía!

En los campos que hoy son un osario
vio a los bravos batiéndose juntos,
y ella ha sido el honroso sudario
de los pobres guerreros difuntos.

Orgullosa lució en la pelea,
sin pueril y romántico alarde;
¡al cubano que en ella no crea
se le debe azotar por cobarde!

En el fondo de obscuras prisiones
no escuchó ni la queja más leve,
y sus huellas en otras regiones
son letreros de luz en la nieve…

¿No la veís? Mi bandera es aquella
que no ha sido jamás mercenaria,
y en la cual resplandece una estrella,
con más luz cuando más solitaria.

Del destierro en el alma la traje
entre tantos recuerdos dispersos,
y he sabido rendirle homenaje
al hacerla flotar en mis versos.

Aunque lánguida y triste tremola,
mi ambición es que el Sol, con su lumbre,
la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!
en el llano, en el mar y en la cumbre.

Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día…
¡nuestros muertos alzando los brazos
la sabrán defender todavía!…