Jobabo.- Monte Cabaniguán se ha convertido en un sitio especial, no solo por el encanto de su diversidad complementada por la excelente conservación de más de un centenar de especies de la flora y la fauna amenazadas o en peligro de extinción, o sus características de ecosistema único, sino por el rigor científico que se lleva en la investigación de los ecosistemas.
«Tenemos un completo monitoreo de toda la fauna, especialmente en los proyectos de aves acuáticas, del cual soy el especialista, tratamos de seguir la evolución completa de las poblaciones, los ciclos migratorios, las áreas de nidificación y de mayor concentración, los procesos de selección natural, y vamos documentando todo» explica el Máster en Ciencias Manuel López.
Precisamente en toda el área costera de manglares hay más de una docena de puntos para la observación y documentación de aves acuáticas y se pondera el análisis científico de rigor de todo lo que puede resultar interés para las especies autóctonas y migratorias.
Para algunos, el cocodrilo es lo más importante del Refugio de Fauna jobabense, y sí tiene un proyecto para sí y es uno de los valores fundamentales por ser el centro de estudio del área, y al mismo tiempo lo que le ha dado fama mundial a Monte Cabaniguán, sin embargo, la investigación va mucho más allá y complementa en procesos que incluyen los valores de los manglares, la contención de la salinidad, las aves de bosques y el ecosistema de sabana.
En la parte de la sabana se ha logrado ir ganando terreno a las invasoras para devolver los valores de un espacio que pondera un paisaje prácticamente único en Cuba, y todo ello es gracias al manejo, el rigor científico y la dedicación de un grupo de científicos jobabenses.
Qué os voy a decir yo, que hace dos años tuve la oportunidad de visitarlo, disfrutarlo y fotografiarlo. Si no hubiera sido por lo de la pandemia y la suspensión del viaje, este año hubiera repetido, así podría compartir de nuevo con mis amigos y grandes profesionales los dos “Manolos” del Cabaniguán, Manolito Alonso Tabet y Manuel López Salcedo.