Las Tunas.- Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) son un actor clave en la aplicación a la población mayor de 19 años, en el municipio cabecera, de la vacuna Abdala, el primer inmunógeno anti-Covid-19 de producción nacional que ya recibió la autorización de emergencia por parte del ente regulatorio del país.
Desde este 29 de julio, más de 158 mil residentes de la demarcación capital reciben la primera dosis, proceso en el cual corre a cargo de los CDR informar a cada ciudadano cuándo le corresponderá acudir a su respectivo vacunatorio. “Con suficiente antelación nos reunimos con los especialistas de Salud, quienes capacitaron a todos nuestros dirigentes de base en cómo sería la vacunación”, dijo Yenisey Fernández, funcionaria de la Dirección Provincial de la organización cederista.
Ella y sus colegas han destacado en los 105 sitios clínicos establecidos al efecto en la capital tunera. Están allí además, para asegurarse de que no ocurran aglomeraciones innecesarias de personas, y garantizar que Abdala llegue también a los hombros de quienes tienen movilidad reducida. Solo en el municipio de Las Tunas, unos 795 pobladores no pueden salir de sus viviendas por diversos padecimientos de salud.
Junto a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), los CDR están en cada uno de los barrios y comunidades rurales de Las Tunas, y a menudo son sus presidentes y los coordinadores de zona quienes mejor conocen las especificidades de cada uno de estos espacios. Por eso, son el vehículo ideal para concretar acciones de salud que involucran a amplios segmentos de la población cubana.
De hecho, en el primer semestre de 1962, a menos de dos años de su fundación, la mayor organización de masas del país tomó parte en la campaña de inmunización masiva contra la poliomielitis, la primera con esas características emprendida por el Gobierno revolucionario cubano.