Con poco más de 590 hectáreas de frutales variados y unas 35 de cítricos cerró 2021, año que, si bien fue favorable para ampliar las extensiones de estos cultivos que serán el sostén de la futura industria local, no subió prácticamente con respecto a los pronósticos para un programa que es chequeado tan periódicamente.
Solamente de guayaba, priorizada dada su importancia industrial, hace dos años se planteaba que debían sellarse no menos de 200 hectáreas en breve plazo, sin embargo, a esta altura se registran menos de 90 en existencia y casi 11 en plena explotación, por lo que al concluir el calendario este surtido solo generó producciones que no sobrepasaron las 200 toneladas en todo el municipio.
El mango y la fruta bomba avanzan a mejor ritmo, según las estadísticas del comportamiento de los indicadores agropecuarios, con mayores superficies plantadas de manera estable y escalonada que permiten más de mil 500 toneladas en la cosecha del primer surtido y 234 del segundo.
Los frutales, si bien en determinados escenarios han tenido incongruencias con sus destinos y generan problemas en picos de cosechas, son cultivos priorizados para poder generar la materia prima para la industria de procesamiento que desde 2018 se monta en Jobabo y que estaría en capacidad de consumir más de 30 toneladas por día cuando funcione.
Si bien la parte tecnológica aun no responde, tampoco se aprecia ningún avance en la parte agrícola en el incremento de los frutales con respecto al calendario anterior, pues en 2020 se reportaron en existencia 588 hectáreas y al cierre de 2021 habían 593, es decir que solamente se amplió la superficie en 5 hectáreas.
El único cambio entre un calendario a otro se ve en los reportes de las producciones físicas, prácticamente duplicadas, algo que tiene mucho que ver con los manejos comerciales y los nuevos escenarios en que se viene gestando el quehacer agropecuario, pero, aun así, con mejor rendimiento, tan pocos terrenos dedicados a los frutales no suplirían la capacidad industrial si al fin la pusieran en marcha en corto tiempo.
En el caso de los cítricos, unas 35 hectáreas en todo el municipio de ellas en plena capacidad para la explotación 24 ha, es insuficiente no solo para la capacidad industrial, sino para la propia demanda comercial minorista de la población jobabense.