Los epidemiólogos y su obra humanitaria han demostrado digno ejemplo de entrega fraterna, desprendimiento humano y profesionalismo de altura, ganando como mayor recompensa de su desempeño preservar la salud de la población.
El especialista en primer grado en Higiene y Epidemiología en Jobabo, Las Tunas, Francisco Chales Hermida, 50 años de edad, 27 de ellos de labor en la medicina, con una amplia trayectoria, pero en especial en la rama de la epidemiología.
«Me gradúo de médico general en el año 1995 de ahí vengo para Jobabo a prestar mi servicio social y se me asigna trabajar en el consultorio médico de Virama, pero antes de ir a buscar la documentación y firmarla, se me propuso por parte la dirección del municipio asumir otra tarea, la vicedirección de Higiene y Epidemiología en el Policlínico, con otra estructura en aquel entonces muy diferente a la de ahora»
«Acepté, me capacitaron, porque en la carrera lo que se imparte de epidemiología es muy poco, con esa preparación asumí el cargo. A la semana se me convoca para ocupar como director de la Unidad Municipal de Higiene y Epidemiología, así comencé a enamorarme de la especialidad».
«Una especialidad para no ser absoluto de las más completas e integral que hay en la medicina». Resaltó Francisco.
A pesar del amplio campo que abarca esta rama, el experto se inclina por una como la de su preferencia «la especialidad tiene muchas aristas, pero lo que más me gusta es el trabajo de campo, o sea hacer la epidemiología en el terreno, salir hacer controles de focos, como decimos nosotros los epidemiólogos, caerle atrás a la fuente de infección, a la transmisión, porque nuestra labor lleva trabajo de campo, de mesa, investigativo».
El ocupar cargos administrativos le ha permitido mayor preparación y bastas experiencias «son más de 20 años de experiencias ya, como médico epidemiólogo desde el 2000, con muchas vivencias durante este trabajo y en la parte de administración en salud».
«Conocimientos que he llevado a cabo, me he pasado varios años como administrativo dándome bastas experiencias. Aunque reconozco que es difícil dirigir a tantas personas y mucho más tratándose de profesionales al igual que usted, pero siempre son más las vivencias positivas que las negativas».
Su experiencia y sabiduría ha traspasado más allá de las fronteras cubanas «en la especialidad como tal he tenido vivencias muy bonitas en las dos misiones asignadas en Guatemala y Venezuela, países que no existía una red de epidemiología, tuvimos el privilegio de iniciarla allí, llegábamos a los lugares y no teníamos personas capacitadas para trabajar a pesar de contar con todos los recursos necesarios, pero no el humano, (..)
«Para mí fue todo un reto en este país, en medio de una epidemia de dengue, pero significó un honor, con muchas horas de sacrificio, adquirí mayor experiencia en lo cotidiano, te va enseñando a cómo tratar a las personas, cómo dirigir, cómo actuar ante un colectivo de trabajo».
«Durante tantos años he ocupado diferentes cargos de dirección como vicedirector de Higiene y Epidemiologia del policlínico, director de la Unidad Municipal de Higiene y Epidemiologia, director del policlínico 14 de junio cerca de un año y medio ejerciendo esa función y en estos momentos me desempeño como jefe departamento de epidemiología».
El ocupar cargos de dirección fue un tránsito de su labor muy enriquecedor, expresó el epidemiólogo, «requiere preparación en los métodos de dirección, en lo personal, en lo profesional, en lo administrativo porque hay que saberle llegar a los trabajadores para poder cumplir los objetivos de trabajos que se desean».
Este profesional en epidemiología cumple una importante labor en favor de la salud de la ciudadanía, que contribuye a la prevención y control de la pandemia, «la COVID-19 ha sido algo novedoso y nos ha hecho cambiar estilos de trabajo. Como enfermedad nueva tenemos que estar constantemente actualizándonos, informados, aprendiendo de ella y durante ese aprendizaje hay que dirigir a las personas para lograr el objetivo que es cortar la transmisión y que la población de Jobabo tenga una mejor calidad de vida».
«Me siento orgulloso de tener el equipo de trabajo que tengo en el departamento de epidemiología, a cualquier hora están trabajando sin importar horario, ni día, reajustando las estrategias para que podamos controlar esta enfermedad que ha sido un reto para la salud pública en general».
Su familia siempre lo ha apoyado a lo largo de su formación, expresó «la familia siempre fue un pilar fundamental durante toda mi formación desde que comencé a estudiar medicina, parte de ella trabaja en el departamento que dirijo y a veces se nos hace difícil solucionar situaciones porque tenemos un niño y los dos tenemos que trabajar, pero el resto de la familia siempre nos ha apoyado, son un eje fundamental para desarrollarnos como ser humano y profesional».
Para el futuro, al epidemiólogo, aún le quedan sueños por cumplir «soy docente, me desempeño también como profesor instructor, sueño continuar superándome, lograr el cambio de categoría y llegar hacer doctor en ciencia, pero eso determina esfuerzo y tiempo para lograrlo».
Dedicar tantos años de labor en la rama de la epidemiología lo hace sentir con orgullo, «ha significado todo en la vida profesional, he enfrentado diferentes situaciones tanto en el área de la salud como personal porque el epidemiólogo tiene muy interrelacionado estas dos cosas, pero hay que estudiar todos los días y nos prepara para enfrentar los retos que se puedan presentar en toda nuestra carrera».
«Me siento útil a la sociedad porque ante el despunte de la pandemia en el 2021, se vio el resultado del trabajo con casi dos meses de tranquilidad, pudiendo decir le devolvimos la salud al pueblo. Hoy estamos en medio de otro rebrote, pero vamos a seguir trabajando para el pueblo, que confíen en nosotros que vamos a velar por la salud».
«Para mí la epidemiología es mi razón de ser. Vivo para la epidemiología, la siento mía y me gusta hacerla porque el fruto fundamental es la salud de la población y si la población tiene salud, mi familia tiene salud, nosotros tenemos salud».
Para el profesional de excelencia Francisco Chales Hermida de Jobabo, las Tunas, la epidemiología es su razón de ser, lo siente en su seno, trabaja con amor, entrega, humanismo y se siente útil al contribuir con su obra en tantos años preservar la salud de la población.