Ismanys José Zamora Santos es uno de los pocos ingenieros forestales que tiene Jobabo. Este joven lleva a cuestas parte de la responsabilidad del planeamiento forestal de este municipio, y gracias a su excelente formación e interés por el mundo de la silvicultura ha podido sortear no pocos contrastes de un entorno en el que aparecen más obstáculos que ventajas.
¿Por qué la ingeniería forestal? Una interrogante hábilmente responde desde su propia historia de estudiante que con buenos resultados pudo inclinarse por otra carrera más atractiva y conocida, sin embargo, se inclinó por esta, la de andar entre posturas y bosques.
«Pude coger otra carrera, tenía uno de los mejores índices del pre, hacía el 11 en el escalafón, pero sabiendo que si cogía una carrera que se estudiara dentro de la provincia iba a estar en la casa todo el tiempo, entonces quise algo que se estudiara fuera, me hablaron de la ingeniería forestal y en una visita a Granma a casa de mi tía pude visitar la universidad y ver de cerca lo que iba a estudiar» relata.
«Me gustó principalmente por todas las asignaturas que se daban allí. Tuve la suerte de participar en una conferencia de botánica estructural y me gustó aprender la morfología de las plantas. Uno dice que la morfología de un humano es complicada pero la morfología de las plantas tiene su esquema y es bastante atractiva. También enamora esa carrera por la importancia que tienen los árboles, la naturaleza… son cosas que te van enamorando» expone Ismanys
«Mira, llevo siete años y pienso seguir, no pienso irme de aquí» dice con orgullo de una profesión que si bien es mal remunerada y las complejidades de un municipio poco desarrollado le han jugado una mala pasada, tiene la reconfortante misión de transformar el entorno.