Más de ochocientos mil pesos de deudas al fisco involucran a alrededor de un tercio de las Cooperativas de Créditos y Servicios(CCS) y Cooperativas de Producción Agropecuaria(CPA) de Jobabo, las cuales en la actual configuración financiera se les hace muy difícil ponerse al día con la ONAT y devolver la operacionalidad plena a sus cuentas bancarias.
Y es que el principal problema de esos compromisos envejecidos, muchos con arrastres desde 2011, fecha en que comenzaron a identificarse irregularidades en las auditorias tributarias, es que la entidad recaudadora apela a sus facultades y embarga las cuentas bancarias de las unidades implicadas, no pudiéndose realizar operaciones sin su consentimiento, limitando en gran medida la posibilidad de desarrollo y gestión de las formas productivas.
Las cooperativas más afectadas en este caso, teniendo en cuenta el monto tan alto de deuda fiscal, son las CCS Jorge Aliaga, con casi 400 mil pesos, la Antonio Fernández, con 181 mil pesos, la Antonio Maceo, con 74 mil, la Luis Boris Yate con 61 mil y la Victoria de Girón con 51 mil, mientras que, dentro de las CPA, la Nicaragua Libre es la más afectada con 27 mil pesos de atraso.
El principal problema no solo radica en el alto monto que deben al presupuesto estatal o la imposibilidad temporal de realizar operaciones financieras de manera abierta, sino en la forma en que se generaron tales adeudos y la falta de una contabilidad confiable en el sistema de cooperativas agropecuarias y de mecanismos de control e información financiera que no se salte la institucionalidad local.
Especialistas explicaron que tales deudas a la ONAT, identificadas mediante auditorias, en la mayoría de los casos se generaron debido a la no declaración de ingresos y la utilización de ese dinero proveniente del 5 % que le retienen a los campesinos en otras operaciones, es decir, que no se entregaron debidamente al fisco como estaba establecido.
Aunque en la mayoría de los casos han existido continuos cambios en las direcciones de las cooperativas implicadas, y se ha visto un notable interés por amortizar sistemáticamente el monto, negociar la operacionalidad de las cuentas bancarias y mejorar el sistema de control interno para evitar repetir el mismo problema, hoy a las cooperativas que en el actual contexto les será muy difícil ponerse al día, abogando algunas por una inyección presupuestaria.
Esto a su vez pone un problema adicional, la compra de insumos al contado que impone GELMA (Principal entidad suministradora al sector agropecuario) y la realización de otras operaciones financiera que influyen en el desarrollo productivo, adquisición de insumos, recursos y servicios.
Entre las propuestas de solución más próxima está la nueva estrategia de comercialización agropecuaria que sigue el sistema de la agricultura, permitiendo de manera organizada que las cooperativas se encarguen de la venta minorista de alrededor del 50 % de las producciones que generan sus asociados, obteniendo un mayor margen comercial y protagonismo financiero, aun así, tendrían que generarse altos volúmenes de ventas para en un corto plazo amortizar debidamente esos altos montos.