Jobabo.- El conocido refrán ¨Guerra avisada no mata soldados¨ no siempre es del todo aplicable a la cotidianidad, mucho menos cuando hay problemas en el sector empresarial y se escarba lo suficiente como para que salga a la luz que –no hay control interno en la Empresa de Comercio y Gastronomía de Jobabo-, conclusión que especialistas locales pudieron resumir de las decenas de deficiencias detectadas por la auditoría que cerró el pasado 30 de octubre como parte de la XIV Comprobación Nacional de Control Interno.
El informe presentado por los contralores dictamina, preliminarmente, desde reiteradas violaciones de procedimientos económicos contables hasta manejos inadecuados de activos financieros, recursos y prácticamente nula supervisión administrativa en el período del 1º de enero al 30 de junio de 2022.
Se señalaron aspectos que transitan por la transparencia contractual en operaciones financieras con actores económicos privados, posibles pagos indebidos, ausencia de documentación y problemas con respaldo de operaciones en el uso del combustible.
Por un lado, destacan que la entidad evaluada tiene implementado el sistema automatizado para la contabilidad, sin embargo, no pudieron acceder a determinados datos que se plasman en el Versat Sarasola, y detectaron que en el periodo que comprendía la auditoría no contaba con las certificaciones actualizadas del Ministerio de Comunicaciones y el Ministerio de Finanzas y Precios.
En este sentido, las deficiencias incluyen falta de contratos con suministradores y prestadores de servicios y omisión de datos técnicos en algunos de los existentes, situación que, como versa la relatoría, afecta la calidad de las relaciones entre entidades y pone en riesgo a la empresa ante situaciones de legalidad con sus socios comerciales.
Con los servicios contratados a privados señalaron cuestiones técnicas reguladas por normativas ministeriales, entre ellas la elaboración de expediente de obras, la carencia de datos que reflejen si son personas autorizadas a ejercer la actividad, incongruencias en las facturas de las partes, atraso en los pagos, elevados montos no respaldados en el plan, y algo que atenta contra la gestión económico-financiera de la empresa: no pudieron comprobar si la se excedieron en los límites de las cuantías de pago a trabajadores por cuenta propia al no existir dicho plan.
A ello se incorpora la ausencia del Comité de Contratación, el cual garantiza la objetividad, planificación y organización de estos procesos, y reduce las brechas a en cuestiones de legalidad.
En los procedimientos contables las irregularidades incluyen detección de sobrantes y faltantes en efectivo, inadecuados procedimientos para la emisión de anticipos y dietas, ausencia de datos de uso obligatorio en recibos de efectivo y su no conservación en el área de contabilidad, pagos no debidamente respaldados por las facturas que lo originaron, no se registran todos los hechos contables, emisión documental tardía y no tienen implementado un mecanismo que asegure que las facturas se pagan y no existan violaciones.
El uso del combustible con respaldo en operaciones no solo fue tema de señalamientos, también figuran la falta de registros primarios y evidencias al control de este recurso.
Aunque el grueso de la auditoría se centró mucho más en la Unidad Empresarial de Base La Comercial que en el resto de las dependencias de la empresa de comercio y gastronomía, no pocas violaciones del control también van dirigidas a toda la entidad y sus diferentes departamentos.
Si bien por un lado compilan que la situación financiera es desfavorable al incumplirse los principales indicadores y planes de la etapa, reconocen que no solo se trata de organización, control y autogestión, sino de una reducción drástica en los suministros que más aportan a las ventas y los servicios.
La auditoría detectó deficiencias que tienen que ver directamente con el control administrativo, organización y funcionamiento empresarial para el ordenamiento de los diferentes procesos económicos financieros tales como la ausencia del Comité de Prevención y Control y el Comité de Contratación, así como la carencia de evidencias de que se haya implementado adecuadamente la Resolución 60 del 2011 de la Contraloría General de la República.
Algo preocupante es que los auditores no pudieron, en algunos casos, obtener la documentación que se plasma en los diferentes procesos contables, además de que no vieron evidencias de que el Consejo de Dirección abordara en el periodo de comprobación (del 1 de enero al 30 de junio de 2022) la implementación de la estrategia económica para reducir las pérdidas de la empresa.
Tales cuestiones fueron decisorias para que los contralores insistieran en el resumen que el plan de prevención de riesgo no se utiliza como herramienta de trabajo, no existe por parte de los responsables de los diferentes procesos auditados la adecuada preparación y presentación de los estados financieros, y evaluaran de mal tanto el control interno contable-administrativo como el control sobre el combustible.
Las recomendaciones de los auditores resumen a groso modo cuan complicado anda el Comercio y la Gastronomía en Jobabo, las cuales incluyen desde la depuración de saldos de las cuentas analizadas, hasta la necesidad de que se efectúen una auditoría forense y una auditoría fiscal, además de la propuesta inmediata de determinación de responsabilidades y las correspondientes medidas administrativas.
Además de los resultados de esta auditoria al Control Interno se suman una serie de deficiencias reiterativas de visitas y comprobaciones anteriores.
Aclararon que desde la empresa tienen la posibilidad de discrepar, es decir, presentar en los próximos 20 días las inconformidades que haya con el control efectuado, algo que pudiera cambiar o no algunos aspectos señalados.
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