Daimara Pérez Fonseca, paciente que sintió la COVID-19 en pellejo propio insiste que hay que cuidarse, porque teniendo la enfermedad, no se sabe si uno se salva o muere, y lo más preciado es la vida, entonces, lo mejor es cuidarla y cuidar a la familia.
Desde su experiencia expone cómo vivió parte de la enfermedad, lo difícil que es equilibrarse emocionalmente para que el pesimismo no le derribe y la fuerza que hay que tener para mejorarse.
Así como Daimara Pérez Fonseca habla de su experiencia, hay ya centenares de jobabenses que tienen similares testimonios, unos más complicados que otros, y sí, la COVID-19 deja esa zozobrante mala experiencia de si te vas o te quedas.