En una semana aproximadamente iniciará la etapa vacacional en Cuba, una excelente oportunidad para que muchas familias aprovechen la ocasión, disfruten juntos y desconecten después de un año de enormes pruebas y avatares impuestos por la vida.
Habrá un grupo de opciones recreativas, aunque nunca serán suficientes para todos, pero al menos, se harán esfuerzos para que muchos puedan asistir a los centros que estarán disponibles para ese fin.
Claro, estamos advertidos de la peligrosidad que resulta el nuevo coronavirus cuya enfermedad todavía está presente en el país, aunque cada vez los casos confirmados son menos, pero no podemos confiarnos.
Lo que quiero decir, que todavía estarán vigentes las medidas sanitarias, en correspondencia a las fases por las cuales transitemos, en este caso, la primera, salvo La Habana que aún presenta casos de la Covid-19 en cada jornada.
Dicho de otro modo: aunque estemos en un balneario u otro tipo de centro recreativo, no podemos abandonar las indicaciones de las autoridades sanitarias y las de cada establecimiento para garantizar la debida protección de la salud de las personas, sobre todo de los más vulnerables.
También es prudente cumplir las reglas en los medios de transporte que empleemos para al traslado a los distintos centros, siempre con el nasobuco bien colocado y las soluciones de cloro o sustancia hidro-alcohólicas en las proporciones establecidas.
Si somos disciplinados y cumplimos con los protocolos de higiene para cada lugar, estaremos apostando por nuestras propias vidas, por la de los demás y por las de nuestra familia. Esa es la idea.