Más de 16 millones de pesos de deuda con los productores de leche y cifras superiores con los agricultores de granos tiene un peso enorme en el entorno agropecuario en el actual proceso de contratación 2025, en el cual la exigencia puede verse menguada por el reclamo de no pocos asociados de las cooperativas locales que perciben que sus esfuerzos valen menos que la reiterada retórica de incumplimientos empresariales.
Y sí, esta situación está dando de qué hablar en esta primera fase contractual entre las juntas directivas y sus asociados, quedándose sin argumentos ante el incumplimiento financiero de la Industria Láctea y la Empresa de Granos dejando la ¨papa caliente¨ en la base, donde todo se torna difícil.

«En mi cooperativa hemos llegado a casi todos los productores, nadie se niega contratar sus producciones, pero sí nos exigen respuesta ante tanto tiempo sin percibir el pago de la leche» expone Antonio González Cartaya, presidente de la CCS Antonio Fernández.
«Pudiéramos incluso estar sobre cumpliendo ahora con altos niveles, pero qué le vamos a decir a los productores, que se esfuercen más, que esperen tranquilos. Hay que entender que los campesinos, salvo muy pocas excepciones, son personas humildes, que responden a cualquier llamado, pero está claro que necesitan su dinero para mantener a la familia» destaca.
Al igual que González Cartaya, responsable de una de las mayores productoras de leche de Jobabo, en la última reunión con los representantes de cooperativas, el vicepresidente de la CCS Jorge Aleaga cuestionaba la tardanza en el pago, y era secundado por otros dirigentes de base que alertaban el conflicto que podía generarse con la obligatoriedad de una contratación que si bien se exige sea ágil y abarque todos los aspectos que comprende la normativa vigente, no versa sobre las incongruencias que se vienen dando en el ámbito financiero.
«Hablamos de tres y cuatro meses, pero se olvida que el lácteo tiene una deuda larga con decenas de productores. De eso no se habla» dice Yosvany Clara González, ganadero de la CCS Adriano Nieves, a quien le deben desde 2022 de forma acumulada unos 700 MLC.
Así como Yosvany hay productores de casi todas las formas productivas de Jobabo. Recientemente Ramiro Segura, de la UBPC Rosendo Arteaga, productor con una larga trayectoria de cumplimientos, se acercó a la Radio Cabaniguán en aras de canalizar su denuncia pública ante las deudas que la empresa láctea había contraído con él, calificando de vergonzosa la situación debido a que ello desestimula a los buenos campesinos.
Pero, no hablamos de algo novedoso para la analítica del entorno productivo local, este es un tema que en toda su dimensión ha sido denunciado mes tras mes por los dirigentes de las cooperativas del municipio, alertando que los desbalances en la parte pecuaria se resuelven eliminando los impagos y actuando con seriedad.
Desde la ANAP, organización que ha seguido de cerca estas cuestiones en defensa de los intereses del campesinado, sólo le quedó como ¨remedio¨ sugerir que en la contratación que se establezca para 2025 no dejen incluir esas clausulas que favorecen a los comercializadores y afectan el entorno campesino, y que hagan algo que a todas luces sería inédito y obligaría a reducir la brecha de imagos a partir del 1 de enero: el pago por mora en los retrasos del pago.
Juan Carlos Ávila Márquez, presidente de la CCS Rafael Trejo, exigió ser más riguroso desde las instancias de gobierno con las direcciones de esas entidades que laceran la economía de las cooperativas «No podemos seguirle pidiendo al campesino que haga más, a un hombre que le damos muy poco o nada, que ni siquiera somos capaces de pagarle a tiempo lo que produce con tanto esfuerzo».
«Nosotros hemos contratado alrededor de un 25% de los asociados, estamos hablando de unas 90 fincas contratables según la legislación, y hasta ahora nadie se ha negado ni argumentan que no van a contratar, lo que sí reclaman es que se exija por los pagos. Nadie está dispuesto a entregar sus producciones y esperar a que el lácteo o granos, que también nos debe, hagan sus cuentas y nos paguen. Eso afecta a los campesinos y la propia cooperativa en general» manifiesta Rodolfo Acosta, presidente de la CCS Victoriano Martínez.
La contratación no puede ser sólo números
La contratación agropecuaria no puede seguirse midiendo numéricamente -300, 600…800 productores contratados- y ya, hasta llegar a la totalidad de los campesinos. La contratación agropecuaria hay que medirla más que por la cantidad de fincas, toneladas, litros contratados… por la calidad y objetividad de lo que se firma, esa es la garantía de que los números tengan luego un efecto positivo en la población, de lo contrario, solo sirve para “alegrar” informes y reuniones.
La objetividad de la contratación en esta primera etapa, entre las juntas directivas de cooperativas y unidades estatales con sus asociados, campesinos y usufructuarios, debe plasmar no sólo el compromiso de los productores (los del surco), sino el compromiso de los responsables de las unidades, e ir más allá de un papel anotado con números fríos.
La otra fase, esa en que se plasman las rúbricas de los representantes de las cooperativas y las de los comercializadores debe ser aún más rigurosa. No repetir los mismos errores de los procesos precedentes evitando hacer un contrato a la ligera dónde no se definan bien los intereses de ambas partes, las responsabilidades de ambas partes… conducirá a la misma situación que se vive hoy con los millonarios impagos que tienen la industria láctea y la empresa de granos con las cooperativas locales, que va a repercutir en decenas de campesinos.
Así como el Lácteo fija una compensación financiera ante el incumplimiento de la leche, las cooperativas deberían tomarse en serio ese aspecto y ser recíprocas, no cortando la entrega, sino estableciendo una compensación de incremento progresivo de compensación financiera por mora en los impagos.
Uno de los mayores errores en el sistema de la agricultura está precisamente en la incapacidad de defenderse legalmente de los problemas que les afectan frente a las entidades comercializadoras. Es por ello que, si bien es prudente cumplir con el cronograma de contratación 2025, más prudente es medir todo el proceso por la calidad de lo que se firme y no por la cantidad.