Jobabo.- La siembra intensiva que se hizo entre mayo y agosto aseguró un ligero sobre cumplimiento de la campaña de primavera, superándose las 3200 hectáreas de cultivos varios y un buen aporte al deprimido balance de áreas en Jobabo, a pesar que se auguraba las cifras serían inferiores al plan debido a la falta de recursos e insumos, y las limitaciones con el acceso a combustibles para la roturación de tierras.
En esta etapa, que cerró el 31 de agosto se impulsaron un grupo de prioridades que incluyen la incorporación de áreas que estaban prácticamente ociosas en el polo Melanio Ortiz, y otras zonas productivas, además destaca la forma intensiva en que la mayor parte de las unidades intensificó los principales cultivos vianderos y los granos.
Un dato clave para entender la correspondencia entre los resultados de la siembra de primavera y lo que llega a la mesa de los jobabense, es que los resultados se ven luego de tres meses, en el caso de los cultivos de ciclo corto, mientras que el caso del plátano, al cual también se le dio un impulso para recuperar las áreas perdidas en los dos últimos calendarios, hay que esperar un año para recoger cosechas.
Lo que más se apreció a la venta, fue el maíz y el boniato, y en parte, la yuca, sobre todo durante los meses de julio y agosto, aunque no en los niveles de concurrencia a mercado que se esperaba y que está planeado para las cooperativas y unidades estatales del sector agropecuario en Jobabo.
Ahora arranca la campaña de frio con compromisos similares a su predecesora. El plan general de este periodo de siembra tiene el objetivo de sellar unas 3400 hectáreas, siendo los meses de septiembre, octubre y diciembre los de mayor carga con un programa que comprende entre 550 y 790 hectáreas, mientras que enero y febrero quedan por debajo de las 400 hectáreas debido a que son los de menos precipitaciones.
El comportamiento de la siembra dependerá tanto de la organización de la campaña como la optimización de los recursos que se asignen, sobre todo en cultivos de requisitos especiales como el frijol phaseolus, que tiene como meta este año llegar a las 155 hectáreas prácticamente sin insumos.
¿Podremos apreciar ese resultado en el plato del jobabense? eso es lo que nos hace falta, comida para el pueblo, que el mercado y las placitas tengan ofertas. Hay que producir en grandes cantidades para que los precios puedan bajar.
Esperemos que la campaña actual tenga similares o superiores resultados. Los trabajos voluntarios en el Polo y los autoconsumos de los organismos deberán tener provecho. Esperemos una buena campaña de frío.