Una distancia de más de mil kilómetros fue el recorrido de aquellos hombres que emprendieron un viaje hacia la capital de país, el 2 de enero de 1959 de la heroica Santiago de Cuba hasta la capital del país, llamada justamente: Caravana de la Libertad.
A lo largo del trayecto el pueblo de Cuba recibió con júbilo a los victoriosos combatientes de la Sierra Maestra encabezados por Fidel Castro quienes se desplazaron en diferentes vehículos, muchos de ellos, aportados por simpatizantes de la naciente revolución y otros arrebatados a la tiranía durante el proceso libertario.
El objetivo de los caravanistas era llegar a La Habana, y mostrar a los cubanos de la isla, en el transcurso del viaje, que la revolución había triunfado y que ya no habría ni traidores, corruptos y vendepatrias y que ahora el proceso de construcción de la sociedad sería muy difícil y complejo, y así es en nuestros días.
Aquellos heroicos barbudos, acompañaron a Fidel hasta la capital del país durante seis jornadas, hasta que finalmente llegaron el día 8 de enero a la urbe de la nación donde lo esperaba una gigantesca multitud para la darle la bienvenida y gratificar, con su presencia, la epopeya que dio la verdadera libertad definitiva a los cubanos.
La salida de la indómita Santiago de Cuba ocurrió el 2 de enero luego de que antes, el día primero, Fidel anunciaba al mundo a través de un masivo acto, el triunfo de la Revolución, después de varios años de constante lucha y haber librado importantes combates en la Sierra Maestra y en el llano y en los cuales cayeron decenas de combatientes que dieron su sangre para que hoy gozáramos de paz e independencia.
La suerte está echada, y con el mismo ímpetu de entonces, hoy la inmensa mayoría de los cubanos, escriben páginas de heroicidad y de resistencia frente al mismo enemigo que sesenta y seis años atrás nos mantenía pisoteado, pero esta vez, con claridad de que, rendirnos nunca será la opción, sino seguir la lucha y el legado del Comandante en jefe.