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Agromercali, ¿Bueno o malo?

Las sacudidas miradas públicas a los precios (con toda justeza ante el escabroso entorno comercial generalizado), los recelos de si podrá o no erguirse para mejorar el hasta hace poco deprimido abastecimiento de productos del agro, la falta de cultura de competencia comercial y las formas de control que tradicionalmente se han establecido sobre el empresariado estatal y que erróneamente se quiere migrar a las nuevas formas de gestión privadas… todo ello tiene su impacto negativo en el entorno en que se mueve Agromercli SRL, la pequeña empresa que hace unos meses arrendó el Mercado Las Tecas.

logo Agromercali

Se trata de la única entidad de su tipo que funciona a plenitud en Jobabo, y que con poco tiempo de echar a andar se ha inclinado por un encargo en que se equilibran ganancias-negocios y proyección social.

«Fueron ellos los que hicieron que bajara el precio del tomate y de otros productos que el resto de los vendedores del agro, incluido Acopio. Cuando todos tenían el tomate a 50 ó 60 pesos la libra ellos comenzaron a venderlo a 25 pesos, después a 20 pesos» explica una de las clientas habituales.

Y ahora reciente, cuando las papas, ese codiciado tubérculo que escasamente nos llega de vez en cuando de las provincias occidentales, ya se vendía ocasionalmente a 43 pesos los gestores de Agromercali lo comenzaron a traer a 20 pesos la libra, y no es que sea una ganga ajustada estrictamente al bolsillo del jobabense promedio, pero claro que ayuda esa bajada.

agromercali

«Ese ejemplo de cómo hicieron que el resto de los vendedores bajaran el tomate favoreció mucho» insiste Liday Pérez, Coordinadora que atiende los programas vinculados a la Economía en el Consejo de la Administración Municipal, quien señala que lo que se necesita es articular mejor el trabajo con esta nueva forma de gestión para potenciar la comercialización agropecuaria.

Y es que el objetivo inicial de los socios de Agromercali SRL fue emular a Acopio pero simplificando la operatividad a partir del establecimiento de relaciones comerciales más sólidas con productores no solo del municipio, sino de otros territorios, y fomentar la competitividad estableciendo parámetros más avanzados en cuanto a calidad, sistemas de pago por resultados, repartición de ganancias, incrementar empleos y ponerle dinero al local para mejorarlo, es decir, cambiar su imagen.

agromercali Jobabo w

«No todo se puede lograr en tan poco tiempo, sobre todo cuando trabajamos en un entorno en que faltan muchos recursos como el transporte, los suministros de insumos y nos falta de alguna manera ganar en reconocimiento dentro del empresariado, pero, lo que sí en el poco tiempo que llevamos hemos subido notablemente la cantidad de ofertas y con ello hemos captado más personas que conocen de ventas agropecuarias» agrega Aredis Sánchez, uno de los socios de la pequeña empresa.

«Comenzamos con seis obreros y subimos a 20 en cuatro meses, antes cuando trabajábamos con Acopio nos decían que no era rentable el mercado con 6 trabajadores, solo cobrábamos el básico, ahora somos 20 y todos cobran entre dos mil y tres mil pesos por encima del básico. Eso se logra con eficiencia en la gestión» insiste.

 

La historia de Norma

A mediados de 2021 los rediseños de Acopio pusieron en una situación complicada a Norma Lozada Núñez, dependienta de placitas por más de treinta años quien de un momento a otro, faltándole poco tiempo para jubilarse, quedó sin trabajo.

norma

Cuenta esta jobabense que a partir de la andana de arrendamientos que sacudieron casi todos los puntos de venta de Acopio le correspondió su placita a la Cooperativa de Producción Agropecuaria Nicaragua Libre, la cual a poco tiempo de hacerse con el local lo devolvió y su única oportunidad de trabajo era irse hasta San Antonio, a 21 kilómetros de Jobabo, a trabajar en la agricultura, algo imposible en las circunstancias actuales de la transportación y su propia edad.

«Imagínate, Acopio recoge nuevamente la placita a mí no me recoge. Me mandaron a la dirección de Trabajo. Quedé en espera de que apareciera algo para mí, y ya sabes, es difícil, no me quedó más remedio que acogerme a la remuneración que dan de dos meses y medio. Hasta que me recogieron aquí» relata.

Lo curioso es que norma se siente complacida ahora, cuando trabajaba en la placita de Los Sitios no superaba los dos mil 400 de su salario básico, incluso cuando pasó a la cooperativa bajó a solo dos mil 100, mientras que Agromercali le paga su salario fijo más las estimulaciones que superan los dos mil 500 y tres mil pesos desde que entró.

El ejemplo de norma no es el único, esta pequeña empresa ha halado a otros trabajadores de Acopio que quedaron en circunstancias similares y a jóvenes que se encontraban completamente desvinculados. Incluso los trabajadores que tenía el mercado Las Tecas antes de su arrendamiento, todos pasaron a formar parte de Agromercali.

«Tratamos de crecer y brindar oportunidades de empleo, y atender a los obreros para que se sientan bien y trabajen con eficiencia» significa Aredis Sánchez.

 

Mirando cifras concretas. Lo bueno y lo malo

Más allá de todos los beneficios laborales, que lógicamente vienen aparejados a ganancias muy bien definidas por un modelo de gestión basado en el crecimiento comercial, la historia de Agromercali no surge como uno de esos típicos negocios privados en los que sus dueños acaparan ganancias sin mirar con visión certera la situación social en la que se desenvuelven. Aquí hay un fenómeno diferente.

precios

«Los primeros enfoques estuvieron en buscar mejores precios con respecto a los que sacudían las calles, aunque no siempre es posible teniendo en cuenta que compramos a precios muy elevados. Lo que hacemos es aplicarles ganancias que no superan los 20 o 30 puntos porcentuales, y lo consideramos bastante bajo frente a otras entidades como el mismo Acopio que no baja casi nunca del 40 %» precisa Yulier Pérez.

«En este sentido, claro que tenemos buenas ganancias las cuales se deben a que el volumen de venta es mayor y se aplica el concepto de vender más para ganar más, no vender poco y caro para ganar más como sucede en muchos establecimientos que compiten con nosotros» insiste.

Es imposible que, aun aplicando estos enfoques, pero con los precios actuales que sacuden la sociedad, haya una completa satisfacción entre los jobabenses, algo que corrobora Liday Pérez, Coordinadora del CAM. Sin embargo, para ayudar a determinados sectores, desde Agromerciali pidieron a Salud los listados de personas con necesidades de dietas médicas para hacerse cargo y ofertarles productos que hoy en otros puestos de venta no aparecen o tienen precios muchos más elevados.

Si bien muchos han olvidado lo deprimido que estaba el mercado Las Tecas hace apenas un año y medio, solamente en los primeros quince días de abril han pasado por mostrador más mil 800 libras de habichuela, mil 200 de arroz y 4500 unidades de ajo, ello sin contar que la vianda, por supuesto, inestable y con demasiadas complejidades en ese flujo campo-ciudad supera las 15 toneladas.

agromercali

Algunos comprenden el dilema de los precios, por ejemplo: Agromercali compra en estos momentos la libra de ajo a 160 pesos y la oferta a 200, es decir que gana un 20 %, del cual tiene que extraer los costos de transportación que en cada viaje al centro u occidente del país (que es de donde vienen estos productos) hay que liquidar entre 30 mil y 40 mil pesos. De esta manera, las ganancias reales que van a las arcas de la pequeña empresa solo quedan en un 15 % a lo sumo, sin contar las mermas que dejan otros productos como el plátano y la papa.

Donde radican las insatisfacciones, además de los precios generales no aptos para el cubano ni de a pie ni de carro, pues en los recelos de una competencia que obliga a otros competidores a bajar o a mantener precios similares para no perder sus mercancías. Y esto por supuesto choca con las aspiraciones de quienes se han adaptado a ganar más vendiendo menos.

El otro problema está en el inmueble, todavía con pocas acciones constructivas para mejorarlo, y en un futuro cercano llenar de ofertas cada estanquillo (la promesa inicial de los socios de Agromercali), algo que todavía es imposible medir porque nadie en las condiciones socioeconómicas actuales y la compleja falta de materiales e insumos puede lograr todo eso en tan poco tiempo, explica Yulier Pérez.

«Lo que preocupa es que ya no hay feria los sábados» dice uno de los consumidores a la salida Las Tecas. Y sí, se han acabado las ferias y todo el mundo vende en puntos aislados o sobre una carreta, pero eso depende más de organización que de local, porque ciertamente espacios vacíos para hacer ferias en Jobabo sobran, y donde vender también, aunque ya si es cuestión de preferencias y tradiciones, lo más comprensible sería que las autoridades de la agricultura y el gobierno local negociaran con los socios de Agromercali algún punto en común que favoreciera el desarrollo de estos eventos comerciales.

Yaidel M. Rodríguez Castro
Yaidel M. Rodríguez Castro
Máster en Ciencias de la Comunicación. Licenciado en Educación. Periodista en Radio Cabaniguán desde 2010 y editor de la página web Radio Cabaniguán. Atiende los temas relacionados con la Agricultura, Producción de Alimentos, Economía y Desarrollo Local.

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