Cuando nos referimos a las enfermeras cubanas hacemos alusión a esa noble cualidad en quienes la ejercen, porque estos profesionales saben lo que significa una mano tierna para aliviar el dolor, o una palabra tranquilizadora en medio de los avatares de una dolencia, donde es imprescindible su presencia.
La enfermera jobabense Margarita Rodríguez Peña de 65 años de edad es una de estas consagradas con 40 años de labor, inicio desde el año 1972 con una vocación no muy definida hacia esta profesión en aquel entonces, pero hoy se siente realizada, satisfecha al contribuir ayudar a los enfermos, con mucho amor, dedicación y sobre todo sacrificio.
Con tres misiones internacionalistas en Libia, Haití y Angola acompañando al que sufre y de batallar por una vida, aun cuando parezca que ya todo está perdido, porque a veces el prodigio de salvar lo hace un buen corazón, más que unas habilidosas manos.