La rotura de la aldaba para, luego, aprovechando el horario de mayor calma en el pueblo, la madrugada, penetrar en la tienda de víveres La Sirena fue el tercer hecho delictivo de este tipo detectado en lo que va de 2021 en Jobabo, municipio que registra cada año entre tres y cinco robos similares.
De acuerdo con el peritaje realizado en conjunto con auditores del sector del comercio y la Policía Nacional Revolucionaria, en esta ocasión solo se sustrajeron unos cinco litros de aceite, al parecer el ladrón se asustó y prefirió darse a la fuga con las manos casis vacías.
Lejos del valor de los productos sustraídos, que en los hurtos anteriores no sobrepasan los cuatro mil 500 pesos, la afectación mayor es al consumidor, pues en la mayoría de los casos y en dependencia de los recursos que se extraen, se hace muy complejo reponerlos, especialmente si forman parte de la canasta básica, explicó Leobanis Rodríguez Fillor, director de Comercio y Gastronomía en Jobabo.
Las dos bodegas afectadas anteriormente son La Única, situada en El Corojo, y la de Vietnam, ubicada en el reparto del mismo nombre, en la primera se sustrajeron unos 19 litros y medio de aceite, cuatro paquetes de café, 188 libras de arroz y 292 unidades de jabón, mientras que, en la segunda, solo fueron alrededor de 2 sacos de arroz y 164 cajas de cigarro.
Aunque la operatividad policial en estos casos ha tenido pronta respuesta, se demanda mayor accionar en la vigilancia en los barrios, rondas nocturnas que puedan detectar a tiempo tales hechos delictivos y que autoridades y pobladores colaboren en conjunto, pues este tipo de unidades del comercio no son custodiadas precisamente por personal fijo y profesional, sino por colaboradores del barrio y los propios consumidores generalmente.
Desde el punto de vista económico no resulta sostenible para comercio y gastronomía mantener un sistema de guardia estable en todas las unidades del comercio, especialmente en las tiendas de víveres, pues los niveles de venta y suministros no cubren todos los gastos.