Una pequeña parcela de tabaco rinde bastante si se cuida lo suficiente y se le da el tratamiento cultural que lleva ese cultivo, y en las tierras de Pozo Salado parece encajar muy bien este cultivo que genera buenos ingresos y favorece las exportaciones.
Rober Borrero Palomino, ya probó el año pasado, y ahora vuelve a plantar la codiciada planta ancestral.
En esa hectárea se desarrolla una plantación de tabaco buena calidad, ahora de forma experimental, pues las proyecciones del campesino jobabense son solicitar otros terrenos y plantar más.
El objetivo es generar fuente de empleo en la zona, teniendo en cuenta las posibilidades de atención cultural y manejo del cultivo del tabaco, y su proceso de curado, lo cual sería muy beneficioso para una parte significativa de los habitantes de la zona de Pozo Salado.