Jobabo.- Entre cuatro y seis toneladas de pienso criollo por día salen de la mini-industria jobabense, cuyo encadenamiento productivo a partir de materias primas locales ha permitido potenciar la fabricación en serie y sustituir importaciones en el sector pecuario.
Se trata de un pequeño enclave en las instalaciones del antiguo Makenaf con más de ocho años de funcionamiento, donde ya existe buena experiencia a partir de fórmulas con plantas proteicas y el aprovechamiento de desechos de cosechas.
De acuerdo con el responsable del programa de alimentación pecuaria, la calidad está probada, y se emplean además maíz y soya, en correspondencia con los suministros, para elaborar un pienso con destino al balance provincial.
Ahora el principal proyecto de alimentación ganadera de Jobabo está centrado en extender una finca de semillas de pastos y forrajes para suplir la demanda del sector privado y de la parte estatal, y obtener producciones que abastezcan de manera estable la pequeña industria de pienso.
El objetivo, señalan, es producir niveles que satisfagan la demanda alimentaria para la ceba de toros y el resto de los convenios pecuarios, y poder insertarse en otras variedades que sirvan a la alimentación porcina.